Capítulo 20

-¿Por qué te pones nerviosa al verme? – le preguntó, yendo directo al grano.

-No es eso…- Evrie solo sentía vergüenza.

La relación de negocios que existía entre ellos no soportaba la luz del día. ¿Cómo iba a saludarlo abiertamente si lo que hacían debía mantenerse oculto?

Farel, sin embargo, parecía no tener intención de dejarla escapar. Dio un paso adelante hasta que su figura alta y esbelta la acorraló contra el lavamanos.

Evrie, instintivamente, retrocedió hasta que su espalda chocó con la superficie de mármol y no tuvo más opción que quedarse ahí.

El hombre se inclinó levemente, su rostro anguloso se acercó al de ella -¿Te escondes de mí porque has conseguido a otro? ¿Es alguien que te ofrece más, que es más generoso?

Los ojos de Evrie se abrieron de par en par al captar el sentido de sus palabras. -Él es mi jefe y mi mentor, no es lo que tú piensas. Nuestra relación es pura y sana. explicarle, incapaz de tolerar que alguien hablara mal de Leandro Reyes de esa manera. Leandro había sido el más gentil y bondadoso de sus maestros.

Se apresuró a

Farel despreció sus palabras y volvió a acercarse, envolviéndola con su imponente presencia y cada palabra que pronunciaba era una advertencia.

-Leandro Reyes no es alguien que debàs provocar, ¿entendido? –

Evrie frunció el ceño sin comprender el significado de sus palabras.

Farel dio otro paso hacia adelante, levantó su mano y sujetó su barbilla, sus palabras cayeron en su oído con precisión.

puedes buscarme para hacer un trato. Después de todo, ya nos conocemos bien y somos compatibles en la cama. Si te portas bien, podría incluso

Evrie se tornó roja de

orejas arder, con su mente zumbaba en

ha terminado,

esto, salió corriendo del

con el corazón latiendo fuerte en su pecho, Evrie se tocó la cara, intentando

acosado con comentarios

ese supuesto doctor abstemio y educado tenía tal falta de

momento, Farel también salió del baño y Leandro, que acababa de pagar la cuenta, vio a Evrie con

para que mi asistente esté así de sonrojada? Ella es tímida y obediente,

esbozó una sonrisa sarcástica y murmuró

cama en plena noche, obediente

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situación -Evi, no le hagas caso, él es así, directo y a veces sin tacto,

no se atrevía

Prefería mantenerse alejada.

el brazo de Farel rozó su mano accidentalmente y Evrie se apresuró a retirarse, sintiendo como si una corriente eléctrica la hubiera

de si fue intencional o

sus sentidos estaban

cerca, su calma y serenidad se desmoronaban, y hasta los poros de su

los dejó en el hospital y se marchó después de recibir una

irse, confió a Evrie a otra diseñadora para que

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