C Capítulo 22

le reapure appahsbisinde dirección y tomar el otro pasillo para coger el ascensor antes de que él la

vi, ie heusgeda pas de diodios lados, por qué tienes el móvil apagado? Ya es hora de comer y el Sr. rev me encargandoque for Novara a comer a tiempo.

ito al subir al ascensosdieneneentro con Talasa, la diseñadora que la acompañaba ese día.

je le sonto con enandristelpan on los ojos. Lo siento, talasa, mi móvil se apagó solo. Yo también

sababuso

Imenia

saba buscerin en la infatetiaria

erfecte, ven conmigo e la lantateteria) bl Sr. Reyes dijo que tienes que cuidar tu estómago y me pidió

me asegure de que comms dabilen.

asa la tomo del brazo vjvnintusadialienor del ascensor.

no eran trabajadores det hospital, mental tarjetas para la cafetería y podían comer allí simplemente

ando la tarjeta

le tomo su bandega y se sento renownun dudan junto a Talasa.

repente hubo cierto revuelo alrededortarotomo di discutieran sobre alguien. Curiosa, Evrie levantó la la hacia la fuente det ruido y vio esadfacturardi distante en medio de la multitud.

también venie a corner a la cafeteria?a?!

fecía un poco fuera de lugar con su aire reletemante.

Farel estaba en la ventanilla leligliendido.stotomida, sólo pidió unas cuantas cosas

la mano, se sento cerorodeddofdigdesestaba Evrie.

y le lanzó

mirada y rápidamente bajó la cabeza pararseseguir

lado, empezó a chismear

a las diez en punto, sobre tu hombro izquierdo, hay clonico guapo que te acaba

1oces?-

sin necesidad de mirar y rápidarnende renego con la cabeza.

o lo conozco

un gatan de los que no les gustaliavokorerarerent rataciones. ¿sabes nima que no

que no les

no era para

trucos que

una de nosotros, los diseñadoras, tiene que ser mas proactive. Lap pranava

intercambiar numeros, por

es potenciales, eh

demasiado ingenua y no sabía cómo tomar la

lo entiendo, gracias Talasa.

asentía seriamente, pero por

ya no

ya la había bloqueado.

realmente un trabajo

mesa, Berto bromeaba con

un día histórico, nuestro Dr. Farel, que jamás viene a la cafetería, de

en su plato, respondiéndole con indiferencia.

él. -En los diez minutos que hemos estado aquí, tus ojos se han posado en esa chica más de tres veces.

sonrió levemente, sin confirmarlo ni negarlo.

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