Capítulo 25

La mujer no se esperaba que él cambiara de actitud tan rápidamente.

Pero no podía hacerlo enfadar, ni mucho menos enredarse con él. Sus maniobras eran conocidas en el círculo social por hacer palidecer al más valiente, y para colmo había nacido en la ciudad de Alnorter, proveniente de la familia Haro que lo controlaba todo.

A ese tipo de hombre era mejor mantenerlo a distancia y nunca meterse con él, porque de lo contrario ni sabrías cómo habías acabado muerto.

La mujer no tuvo más opción que bajarse del carro desilusionada y alejarse.

Farel giró el volante y dio la vuelta, para finalmente detenerse junto a una parada de autobús.

Como esperaba, Evrie todavía no se había ido. Estaba allí, solitaria, esperando el autobús.

-Súbete. -le dijo él, bajando la ventana del auto, al grano.

Evrie se sorprendió durante un segundo al verlo, luego miró hacia el interior del coche. El asiento del copiloto estaba vacío. No había nadie.

¿La mujer se había ido?

¿Qué estaba insinuando él, un relevo sin interrupciones?

Por un momento, Evrie no quiso subirse y negó con la cabeza-Voy en autobús. –

-Súbete, necesito hablar contigo. -insistió Farel.

¿Qué podrían tener ellos dos para conversar?

Evrie no confiaba en él. Retrocedió dos pasos, mostrando claramente que no quería subirse a su carro.

Farel comenzó a impacientarse-Evrie, ¿no entiendes lo que te digo? –

Evrie apretó los labios y se recostó contra el letrero de la parada de autobuses, sin moverse y sin

mirarlo.

Era terca.

al carro, él no se marcharía. Así que ahí estaban,

empezaron a tocar el claxon

Farel parecía no escucharlos, en

tienen algo que discutir, háganlo en el carro, pero no

el camino. –

falta de respeto! -gritaban los otros conductores, sumándose a las

soportaba hacer un espectáculo en público, acabó cediendo y abrió la puerta

tirar de la manija de la puerta y no

el cinturón -le

cinturón, y el Range Rover salió zumbando de la

15.07

esperaban en un semáforo, Farel le preguntó de repente-¿Qué

entendió de qué

una cena allí te

intentando explicarle-Él dijo que como soy su aprendiz, por eso tiene que cuidarme

una estudiante universitaria tan ingenua

volante y con tono helado, le advirtió-Te lo repito

qué? -Evrie lo encontró

Leandro no era asunto suyo,

trato, pero él seguía entrometiéndose. No entendía por

Te lo digo por tu bien, Evrie, y por las dos

Farel se

él. Sabía que no podía ganarle y que él no escucharía una explicación, así que optó por

Al final, era un desconocido que la había bloqueado.

semáforo cambió a verde y el Range Rover volvió a la

parecía

de carácter suave y prefería resistir en

sien con una mano

has mudado?

nerviosa-¿Para qué quieres saber eso? –

llevarte a casa. -Farel la miró con cierta

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