Evrie sintió un nudo en el corazón, miró a Farel con susto.

—¿Qué, qué haces?—

—Revisar la herida.— Farel soltó las palabras con frialdad.

Evrie suspiró aliviada, puso la mano sobre la manta pensando en levantarla, pero Leandro Reyes intervino.

—¿No podríamos esperar a que termine de comer? Evi aún no ha acabado. —

La mirada de Farel se posó en Evrie, oscura y profunda, sin mostrar emoción alguna, pero de alguna manera provocaba una inquietud sin razón.

—¿Vas a seguir comiendo?— preguntó con un tono neutro.

Evrie negó rápidamente con la cabeza. —No, ya estoy llena, mejor revisemos esa herida. —

—Entonces, por favor, Sr. Reyes, retire la mesa y espere afuera. — Farel aprovechó para dar instrucciones.

Aunque a Leandro le costó, sabía que Farel era el médico a cargo y obedeció, quitando la comida y la mesa, y luego salió.

En la habitación solo quedaron ellos dos, y Farel cerró la cortina.

El espacio se redujo de repente, y al mirarse a los ojos, el corazón de Evrie latía más rápido.

—Levanta la ropa.— Farel habló con firmeza.

Evrie lo miró cautelosa, aunque su expresión era de disgusto, por suerte no mostraba ninguna señal de hacer algo inapropiado.

Ella obediente levantó la manta y subió el dobladillo de la ropa, exponiendo las capas de gasa alrededor de su abdomen.

La delicada piel quedó al descubierto bajo la blusa de hospital, mostrando su suave y tersa textura, y su cintura que cabía en un puño, estimulando los nervios visuales de Farel.

Sus ojos se oscurecieron y su garganta se movió ligeramente.

sus pensamientos.copy right

y llenos de precaución,

la noche anterior, y

caballero, incapaz de

notó su precaución, curvó ligeramente los labios, volvió a colocar los vendajes en su lugar y le pegó una tira de

—Listo.—

bajó su ropa y se cubrió con la cobija, ocultándose

esconderse? Es innecesario.—

de Evrie se tiñó de

que alguien se deje llevar por sus

mirada de Farel se oscureció, y dijo con desprecio— Si quisiera hacerte algo, no habría

Evrie—……—

y la luz inundó la habitación, mientras

es una pena no aprovechar este lugar

estaba pensando con lo

momento, la puerta de la habitación se abrió desde afuera y Leandro entró,

está, se

quitaba los guantes, Farel respondió indiferente—La

es posible? Tú eres su médico, deberías revisar qué necesita mejorar, cómo debe cuidarse

ceño con preocupación, mostrando su cuidado

por un momento—¿En

constante y que

el

Leandro no tuvo respuesta.

se sintió un

Farel estaba mintiendo

maestro, no tardaré en recibir el alta, ya me siento

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