En la cabina de primera clase, Margarita Santos esperó durante mucho tiempo pero no se encontró con Farel

Fue solo después del despegue cuando se dio cuenta de que Farel no estaba en primera clase en absoluto; en cambio, vio a Leandro Reyes, el vecino, con los ojos cerrados, fingiendo dormir.

Ella lo conocía, era el hombre que le llevaba comida a Evrie en el hospital y había algo más que amistad entre ellos.

Margarita giró los ojos y lo saludó: —Hola, ¿qué tal? ¿Eres el novio de Evrie?—

Al escuchar esto, Leandro abrió los ojos de golpe, clavando su mirada inquisitiva en el rostro de Margarita.

—¿Y tú quién eres?—

Margarita se acomodó el cabello y se quitó las gafas de sol, extendiendo la mano: —Soy Margarita Santos, médico internista del Hospital Provincial, te he visto cuando le ponía sueros a Evrie, tú siempre venías a traerle comida.—

Leandro estrechó simbólicamente su mano y dijo: —Encantado, soy Leandro Reyes.—

Así que él era Leandro Reyes.

Margarita anotó mentalmente ese nombre.

No quería decirle aún a Leandro lo de Evrie jugando a dos puntas; ese tipo de información era perfecta para asestar un golpe mortal en el momento justo, y claramente ese momento aún no había llegado.

Como Leandro sabía que ella conocía a Evrie, pensó un poco y luego dijo: —Disculpa que te pida esto, señorita Margarita, pero mi novia Evrie está sola en clase turista y nunca antes ha volado. Me preocupan mucho su bienestar y su seguridad. ¿Podrías hacerme el favor de intercambiar asientos con ella para que pueda sentarse a mi lado? Estoy dispuesto a compensarte con el doble del precio del boleto—

Al escuchar eso, la sonrisa de Margarita se desvaneció.

asiento de primera clase a esa pobretona

a

sentara sola en la miserable

me temo que eso no será posible. Nunca he viajado en clase turista y

sido criada entre algodones y nunca había pasado por

había tenido que

estuviera Farel, podría haberlo considerado, pero eso, por supuesto, era imposible. Si pudiera, le encantaría cambiar de sitio con la persona sentada al lado de

aceptó su negativa y no insistió

problema,

……

horas después, el

la ayudó a bajarla y

rápidamente la mirada y subió al auto con

hotel, ya

del hotel y, al terminar, ya había oscurecido por

Evrie mostraba en su rostro un ligero rastro de cansancio. Leandro le sugirió que subiera a descansar al

la cabeza y subió al

al lado de la otra, lo cual era conveniente para comunicarse cuando fuera necesario. Eso le daba a

habitación, Evrie la inspeccionó: era una suite con todas las comodidades y

con vista a la piscina y un gran baño

la bañera de agua caliente, dispuesta a sumergirse en un

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