Margarita estaba gravemente herida y, dado que la medicina en su país natal era más avanzada que en Brasil, apenas se estabilizó, Farel y su grupo se apresuraron a volver a casa.

Originalmente, Farel quería llevar a Evrie con él, pero ella se negaba.

Dadas las circunstancias, solo pudo darle unas pocas instrucciones a Evrie antes de que él mismo tuviera que regresar de urgencia al país.

Antes de ir al aeropuerto, Farel fue a ver a Olivia.

Cuando Olivia abrió la puerta y vio a Farel, su rostro estaba sombrío.

—¿Fuiste tú quien organizó la investigación de mi abuelo? — le preguntó.

Media hora antes, había recibido una llamada de su familia. Los Da Silva habían sido denunciados por corrupción y vínculos con el crimen organizado. El abuelo de Olivia había sido suspendido de todos sus cargos y se lo habían llevado para interrogarlo.

Este inesperado giro había devastado a la Familia Da Silva. Ahora, todos estaban inquietos, y le habían pedido a Olivia que no regresara al país y se quedara en el extranjero por motivos de seguridad.

Todo había sido demasiado oportuno, y no hacía falta ser un genio para saber que alguien los había delatado.

—Sí, fui yo— Lo admitió Farel.

—¿Por qué? — Olivia estaba confundida. —Hace unos días tu padre me pidió que te cuidara bien y hoy mi casa es allanada. ¿Esa es tu forma de cuidarme? —

Farel sonrió fríamente, con un tono de advertencia. —Sabes muy bien por qué lo hice. Vamos al grano, a Evrie no la puedes tocar. Si le pasa algo, si se convierte en otra Margarita, te aseguro que la Familia Da Silva desaparecerá en Alnorter en un estallido de gloria. —

se ennegreció aún más en

Evrie, ¿acaso te

de

vuelta para irse, pero la voz sarcástica de Olivia le

ella, Farel, al final eres un Haro, igual que yo, no podemos escapar de un matrimonio

no le dijo nada y se fue sin

de la puerta, observando su figura resuelta y solitaria, con

le habían ido de las manos y que Farel la tenía agarrada por donde más le dolía.

era que se había dado cuenta de que Evrie estaba bajo la protección de la organización más poderosa de la zona y que ni

cambio, Margarita había sido torturada hasta quedar

un boleto a Suiza y decidió esconderse allí hasta que las cosas

su abuelo estuviera a salvo

noche, al regresar al hotel, recibía una llamada

¿ya estás en casa?

Le respondió Farel, con su habitual brevedad

escuchó ruidos de fondo en el teléfono y supo que él

le preguntó: —¿Estás bien?

preocupando

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