Pablo asintió con la cabeza sin decirle nada.

Marcela había visto que el carro de antes era de los caros.

Miró a Pablo con reproche, como si estuviera hablando con un verdadero tronco, —¿Cómo no le pediste dinero a esa muchacha? Ahora que anda con un hombre con dinero, seguro tiene bastante dinero guardadito. ¡Con sacarle un poco ya tendríamos para los gastos de toda la familia! —

Pablo frunció el ceño, —Dinero, dinero, dinero. ¿Cuánto le has sacado ya? ¿No te basta? ¿Qué tanto puede tener ahorrado una recién graduada de la universidad? ¿Acaso quieres dejarla sin nada? —

Marcela estaba furiosa, —No entiendes cuánto puede gastar la mujer de Óscar, siempre quiere comer lo mejor, tomar lo mejor, puros manjares y suplementos caros, y hasta masajes para embarazadas quiere. ¿Acaso no quieres tu nieto? —

—Pero no crees que así estás siendo muy injusta con Evi. —

Le replicó Pablo perdiendo la paciencia y se fue apoyándose en su bastón.

Marcela seguía murmurando detrás de él.

Pablo no era tonto. Después de convivir un par de días, sabía bien quién era Farel y de dónde había salido el medio millón que Evrie le dio a Óscar.

Pero Evrie siempre había tenido mucho orgullo. Si ella no se lo decía, él tendría que hacerse el desentendido.

En el camino de vuelta a Alnorter, Farel manejaba con una mano en el volante y hablaba con Evrie de manera casual.

—¿Y tienes algún sueño? — Le preguntó.

Evrie no esperaba esa pregunta y le respondió sinceramente, —Pues ganar dinero. —

—¿Y después de ganar dinero qué? —

—Ahorrar y comprarme una casa. —

Farel la miró de reojo y le corrigió con seriedad, —Eso no es un sueño, esos son metas materiales. —

—Entonces, ¿qué es un sueño? ¿Hablar de cosas que no son dinero ni materiales para poder llamarlo sueño? —

para sí misma, —Esa es la perspectiva de ustedes, los ricos. Para

no le dijo

la ventana, pensando en

su propio hogar, tener una habilidad para ganar dinero constantemente, nunca pasar hambre ni preocuparse por

de un rato,

te compres una casa y puedas hacer

se sorprendió

que de repente

unos días todavía regateaba por diez o veinte mil en la

¿hablas

miró, “¿Parezco estar

silencio, moviendo la cabeza como

darme un millón para pagar

Farel sonrió con

ser libre, alejarte de mí y no volver a verme nunca,

se sonrojó, estaba avergonzada y

he dicho eso…

tonta, esas cosas se podían pensar, pero no

que con el tiempo, Evrie podría pagar ese

que llegara

repente, Farel sintió el deseo de tenerla siempre a

que Evrie era

quiero ganarlo por mí misma, — le dijo sin

tú misma? — Farel casi

dinero como si no

replicó, —Lo que tomé de

que te transfiera unos miles y así

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