—No pierdas el tiempo con tonterías, mejor piensa cómo vamos a salir de este país— le interrumpió Natalia.

La verdad es que, aparte del Triángulo Norte, Leandro tenía negocios en Europa Oriental y hasta en Dubái. Solo que en Centroamérica las cosas eran a otro nivel.

Solo necesitaban cambiar de escenario para volver a empezar.

—Con todo este revuelo, mejor nos la jugamos con calma unos días. Ya verás que alguien vendrá a buscarnos— dijo Leandro, Zeus y Natalia no agregaron nada más.

Después de todo, sabían perfectamente quién mandaba.

Mientras tanto, la opinión pública de su país natal empezó a hervir.

La constructora de Leandro Reyes, famosa por engañar a la gente, la inmigración ilegal y el fraude, se había convertido en tendencia.

La gente en internet no dejaba de criticar y la cosa se calentaba cada vez más.

Incluso el gobierno intervino, presionando a los países del Triángulo Norte para que actuaran.

Bajo esa presión, las autoridades del Triángulo Norte se vieron obligadas a contactar a Leandro en secreto para que diera explicaciones.

Normalmente, en estas situaciones, solían sacrificar a un par de chivos expiatorios y con eso calmaban las aguas.

Pero esta vez, Leandro no tenía a nadie más que a Zeus y Natalia para ofrecer.

Apoyado contra una pared desgastada, sus ojos reflejaban una intensa oscuridad.

Sabía sin duda que todo eso era obra de Farel.

Solo quería forzarlo a entregar a Zeus.

—Maestro, ofrézcame a mí. Zeus sabe demasiado, no puede caer en manos del gobierno— le sugirió Natalia en voz baja.

A lo lejos, Zeus, que había bebido más de la cuenta, dormía profundamente abrazado a su arma, sin tener idea de lo que estaba pasando.

—Farel quiere a su sobrino. Si no se lo entregamos, no nos dejará en paz. Qué tío más ‘amoroso’ tiene— comentó Leandro, con un tono helado.

—Esta noche trae a Farel aquí, que venga a buscar a su sobrino personalmente— ordenó.

—Entendido—.

A las once de la noche.

video en

atado de pies y manos, colgado del techo,

solo unos minutos, y una voz femenina se escuchaba al

Haro, si quiere a Zeus vivo, venga a buscarlo usted

la mano, irradiaba un frío

—Joan, prepara el auto—.

piden que vaya

no voy, Zeus probablemente

murmuró: —Se lo buscó. Aunque sobreviva aquí, en su país lo condenarán a muerte. De

le echó una

me ha llamado tío toda su vida. Lo que le pase en nuestro país después

preocupa usted, todavía convaleciente y ya jugándose la vida por los

Triángulo Norte para que nos

Joan asintió: —Entendido—.

no despiertes a Evrie, que siga

de la ventana del hospital, donde Evrie dormía

—Está bien—.

Por otro lado.

edificio abandonado, Zeus se removía impaciente en

Cuando terminen, bájenme de aquí, me duele

Leandro intercambiaron miradas y luego lo bajaron

actuación, diseñada para atraer a Farel y a las

a Natalia y los otros

el suelo, con las manos aun firmemente atadas por una cuerda. Movió

—¡Suéltame!

—Tienes que aguantar un poco más,

no dijo

¡Qué fastidio!.

con el

de todo, mientras no fuera él quien muriera, estaba

Una hora más tarde.

lejos se encendieron una docena de luces de coches y el sonido de los vehículos llegaba

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