Farel hizo una pausa, como si ya lo hubiera anticipado, sin mostrar sorpresa alguna en su rostro.

—Ya sé.—

Respondió con indiferencia.

Luego, giró su cabeza hacia Evrie. —Voy a mandar a Joan para que te lleve a casa. Quédate tranquila en el Barrio El Magnético esperándome.—

Evrie sabía que no podía retrasarlo, así que asintió obedientemente.

—Está bien.—

Justo en ese momento, se detuvo un carro. Joan abrió la puerta y acompañó a Evrie de vuelta a casa.

En el camino, Joan le pasó un sobre.

Dentro había un pasaporte renovado, tarjetas SIM y otros documentos, además de un teléfono celular completamente nuevo.

Todo eso había sido preparado por orden de Farel.

Media hora más tarde, llegaron al Barrio El Magnético.

Joan la dejó directamente en el apartamento de Farel y, tras asegurarse de que estaba segura, se fue.

Evrie se recostó en el sofá, contemplando los adornos familiares, y soltó un largo suspiro.

No tenía equipaje ni artículos personales, solo unos pocos documentos.

Ahora sí que estaba completamente sola.

Fue al baño a ducharse y, sin pijama, se puso una bata de dormir de Farel y se quedó tumbada en la cama, perdida en sus pensamientos.

El exterior estaba tranquilo, en un silencio absoluto. Mirando por la ventana panorámica, podía ver las luces brillantes de la ciudad.

Evrie sintió como si estuviera soñando.

Finalmente había vuelto.

Pero ahora tenía que empezar de nuevo, buscar un nuevo empleo, ganar dinero.

Eso estaba bien, aprendería de sus errores y no volvería a confiar tan fácilmente en nadie.

Después de divagar un rato, el sueño comenzó a apoderarse de ella.

dormida en

cuando escuchó el sonido —pi, pi— de

instante, levantándose de la

siguiente, se abrió la puerta del dormitorio y la alta

el corazón de Evrie, que había estado tenso,

durante tres días, había estado en alerta constante, casi como si fuera un reflejo

preguntó Farel

con las piernas cruzadas en la cama, le rodeó la cintura

los

tomó su rostro

sabor fresco y familiar llenó la boca de Evrie, quien inclinó la cabeza para corresponder a su beso

besaron durante

se hizo pesada y ambos estaban jadeando, Farel finalmente la

separaron, Evrie le preguntó con timidez:

—Todo bien.—

te regañaron?—

decisiones y asumo las consecuencias.

sonrió y le pellizcó la

puedo bañarme por las

de Evrie se

rápidamente y bajó

a traer

toalla limpia y trajo una palangana con

corazón, lo limpió meticulosamente, sin

era meticuloso y le

limpió

a la cama y se abrazó silenciosamente

que

que

no

la abrazó fuertemente—Sí, a partir de ahora, pase lo que

—¿Y Leandro… seguirá molestando?—

un fugitivo buscado prioritariamente por el país. Si vuelve, enfrentará la pena de muerte. No se

inquietud de Evrie se disipó, y juntos, se sumergieron en la tranquilidad de

un

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