Ella estaba envuelta en ropa demasiado ligera para la noche que se cernía sobre ella, tan inmensa como el cielo oscuro.

A lo lejos, parecía un perrito abandonado que deambulaba sin rumbo, buscando afecto.

Y así, ella caminaba y él la seguía, sin que ninguno de los dos mencionara nada.

Evrie había salido de la zona residencial y encontró un hotel cercano para pasar la noche.

Afortunadamente, todavía tenía algo de dinero en su tarjeta, suficiente para mantenerse por un tiempo.

No llevaba equipaje, ni siquiera productos de higiene personal, solo su teléfono y algunos documentos.

No había empacado ni un cambio de ropa.

En la inmensidad de Alnorter, no sabía a dónde dirigirse.

Ahora, realmente estaba completamente sola.

Pronto, se escuchó un golpeteo en la puerta del hotel.

—Buenas noches, señorita, nuestro hotel ofrece una cena ligera de cortesía por la noche, ¿le gustaría algo?—

¿Una cena de cortesía?

Evrie miró por la mirilla con precaución.

En efecto, había un empleado en uniforme, con un carrito de servicio.

Ella abrió la puerta solo un poco, lo suficiente para asomarse.

—¿Qué opciones hay para la cena?—

El empleado respondió con formalidad: —Tenemos una sopita de quinoa para el estómago, tallarines, caldo de pollo, carne salteada, y las porciones son pequeñas para que pueda elegir varias.—

verdad había tales

en el carrito. Escogió varias opciones, agradeció y regresó a

esa noche y su

quinoa, sintió un calor reconfortante en su vientre y las fuerzas

cena, Evrie se acostó en la cama del hotel, pero no logró

lugar

vibraba sin

varias veces, pero

haber desaparecido del todo, ya

el teléfono sonó una vez más, Evrie lo

sumida

silencioso que

atreverse a apagar la luz, se acurrucó bajo las

imagen de Farel invadía su mente, imposible

realidad, en

y a la

profundo y

residuos de un sueño

y

A la mañana siguiente.

teléfono, recibió una

de dos habitaciones y un salón, e insistía en que Evrie se

suspiró y le acarició la cabeza

Evrie apretó los labios.

que haya tenido suerte, es que alguien se puso delante de

enteró de que habías desaparecido, se puso pálido. Con solo mirarlo, se notaba que

Blanca habló sin pensar.

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