—¡Qué clase de maniobra es esa? ¿Cómo piensas defenderte con algo tan débil?—

Esa voz…

Evrie levantó la cabeza bruscamente, encontrándose con aquellos ojos negros y profundos.

—¿Eres tú?—

Farel se apoyaba en sus brazos, encerrándola en un pequeño espacio, mirándola desde arriba.

—¿Quién más podría ser, creías que era uno de los hombres de Leandro?—

Evrie tragó saliva, su corazón palpitante se calmó un poco.

—¿Qué haces aquí, me estás siguiendo?—

Farel no respondió.

Bajó la mirada hacia ella, liberó sus brazos con calma, se giró y se acercó a la puerta de enfrente, colocó su dedo en el lector de huellas.

—Beep—

La cerradura se abrió.

Evrie se quedó parada en su lugar.

Miró la puerta de su apartamento y luego la de él, preguntó con sospecha:

—¿No me digas que estos dos apartamentos también son tuyos?—

Farel abrió la puerta e hizo un gesto invitándola a entrar.

—¿Quieres entrar y ver el estilo de decoración?—

Todos sus apartamentos tenían básicamente la misma decoración.

Evrie echó un vistazo al interior desde la puerta, una decoración de tonos fríos, muy distinta al estilo de su propio apartamento.

Negó con la cabeza. —Gracias, no hace falta.—

Farel levantó una ceja, pero no dijo nada.

—Sr. Haro, ¿también tienes propiedades aquí?—preguntó Evrie, incapaz de contener su curiosidad.

demasiado coincidente, demasiado

hacerse la desentendida, pero

como Alnorter, si no fuera por sus actos intencionados,

aquí a menudo, solo de vez en cuando. Somos solo nosotros dos en este piso, no

Evrie se quedó callada.

pensado en

ahora, toda su

en esos paquetes improvisados, mordió su labio y agarró el pomo de la puerta,

Haro, enséñame algunas técnicas de autodefensa, como.copy right hot

cuando me

está

algunas habilidades para

quedó en silencio por

mano y golpeó la puerta. —Entra,

el

quieres que te lance por encima del hombro en

—…—

estaba a punto de decir

segundo, fue arrastrada hacia

puerta se cerró

suave

—…—

realmente era una habilidad

con su pequeña

Al día siguiente.

Evrie se levantó temprano.

número de Valerio

en la entrada de Mirador

—Me mudé, ya no vivo en Mirador de

mudas si estabas bien ahí? ¿A dónde te has ido,

respondió. —Es una larga historia, hablamos

su madre en el hospital

a la residencia de

que fue

su dirección, Valerio no insistió y condujo directamente a

Evrie salió

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