Receta para robarle el corazón al Dr. Farel

—Toc toc———

Alguien estaba tocando la puerta y Evrie pensó que era Farel regresando a casa.

Apenas abrió la puerta, se encontró con el rostro aristocrático y sereno de Victoria.

—¿Ma.… mamá? — Evrie se sintió nerviosa.

Todavía le resultaba incómodo cambiar la forma de dirigirse a ella.

Victoria, sin embargo, estaba completamente tranquila y le entregó a Evrie una bolsa de papel perfectamente envuelta.

—Farel se fue al estudio, me pidió que te diera esto. —

Evrie tomó la bolsa y se apresuró a darle las gracias—Gracias, mamá. —

—Tómalo antes de la comida. —

Victoria le indicó y se alejó sin mirar atrás.

Evrie volvió a su habitación, abrió la bolsa y sacó la caja de medicinas.

En la caja había unas palabras en inglés, era un medicamento importado.

Probablemente era difícil de encontrar en el mercado, no es de extrañar que tuviera que pedirle a Joan que se lo enviara.

Evrie abrió la caja, extrajo una cápsula y la tragó.

La habitación estaba desordenada, la alfombra estaba cubierta de regalos esparcidos, todos dejados por Farel la noche anterior.

Aprovechando que él aún no había regresado, Evrie comenzó a recogerlos sin prestar mucha atención.

Cuando estaba guardando su bolso, su mirada se desvió hacia una pequeña caja del tamaño de una mano.

Era el regalo de boda que Giselle le había entregado el día anterior.

Evrie, curiosa, se sentó en la alfombra y abrió la pequeña caja.

Era un broche de rubí de excelente calidad.

una rosa,

manera complementaria, lleno

parecía muy delicado y seguramente era

menos sobre el significado de

teléfono y comenzó a

un trozo

de una reina se le atribuye un símbolo de nobleza y

de rosa y corona representan

espejo, recordando constantemente a una persona que por sus

se sumió en sus

inquebrantable, sin temor a

que Giselle tenía alguna

exactamente lo

todas partes varias veces y

era una piedra preciosa de

la puerta de la habitación se

manos de

de repente te interesó

un poco.

dio el broche y le mostró la información que

que nos haya dado esto?

decir palabra, tiró

sobresaltó—¿Qué

no te gusta, bótalo. No te compliques tanto,

Evrie—……—

duda, la simplicidad directa era su única técnica

a

a levantarse de

en tener que lidiar con Federico y

llegar al comedor,

confundida—¿Somos solo nosotros dos?

ocupados, así que

la silla y su corazón se calmó