Receta para robarle el corazón al Dr. Farel

Norman se quedó atónito.

—Sr. Haro, ¿a qué se refiere? ¿Qué problema le ha causado Margarita ahora? —le preguntó.

Farel le respondió con frialdad—Quizás debería preguntarle directamente a su hija. Si ella no quiere hablar, los policías que la acompañan se encargarán de contárselo todo.

Después de decir eso, colgó el teléfono.

Norman se quedó paralizado.

¿Policías?

¿Qué lío habrá armado esa chica ahora?

¿Cómo es que terminó involucrada con la policía?

En ese momento, la puerta de la oficina se abrió abruptamente y una enfermera entró apresuradamente para informarle.

—Subdirector, la Srta. Margarita ha sido traída al hospital en un coche de policía, tiene una lesión en la pierna y ahora está en la sala de emergencias…

Al oír esto, Norman se puso nervioso al instante.

Se levantó y se dirigió a la sala de emergencias.

Ahí fuera, dos policías montaban guardia y Margarita estaba acostada en la camilla del consultorio, dejando que el médico cosiera su herida.

—¿Qué ha pasado exactamente aquí? —preguntó Norman acercándose.

Los dos policías le explicaron la situación con detalle.

Aunque su relato fue algo vago, logró entender el asunto.

Margarita había chocado contra el coche de alguien sin motivo aparente, alegando un brote psicótico, y había causado bastantes problemas.

No es de extrañar que Farel lo llamara en medio de la noche para advertirle.

Norman respiró hondo y despidió respetuosamente a los dos oficiales.

ya habían terminado de tratar la herida

pierna estaba envuelta en un grueso vendaje del que la sangre seguía filtrándose, parecía

sintió angustiado

para examinar la herida

para qué provocar un accidente

los

y le dijo—No te aferres a una sola posibilidad, aunque Farel sea un buen partido, ya está casado. No vale la pena lastimarte

el futuro, no te quedes atrapada

dándole la espalda

él

significaba

no fuera por las maquinaciones de Evrie,

cansada, sal de aquí, quiero dormir—, le dijo

había vuelto impredecible desde que

Norman ya estaba acostumbrado.

Al escuchar ese nombre.

cerró con fuerza,

vez ella, siempre

aprendido a

de que Norman se

se sentó en la cama, sacó

las

inmediata, una serie de fotos le

pendiente y luego guardó todas

no podía

La venganza apenas comenzaba.

hasta muy tarde, se duchó exhausta y se metió

extendió y la rodeó por la cintura, atrayéndola hacia