Farel guardó silencio por unos minutos.

Luego la abrazó, su voz sonaba baja y suave.

—Duérmete ya. —

—Si me duermo, ¿no te irás, verdad? — Evrie le preguntó con recelo.

—No me iré. —

—Quédate aquí conmigo, no vayas a ningún lado. — Ella añadió.

—Está bien. —

Después de una noche agitada, Evrie empezó a sentir sueño por momentos.

Incluso dormida, ella seguía aferrada al brazo de Farel, sin soltarlo.

La habitación estaba muy tranquila, el sonido de la lluvia afuera continuaba.

Farel se recostaba en el cabecero de la cama, sus dedos largos y definidos estaban encima del pecho de ella, sintiendo los latidos de su corazón.

Eran unos latidos serenos y fuertes.

Era un latido deslizante.

Este era el hijo de él y de Evrie.

Era su hijo.

Era el único vínculo que él y ella tenían en este mundo.

Farel la escuchó durante mucho tiempo, luego se acostó y la abrazó fuertemente, sintiendo su respiración y su presencia.

Evrie, en su sueño, frunció el ceño inquieta y luego, como por reflejo, abrazó su cintura, buscando su pecho y se acurrucó en sus brazos.

La noche era densa.

Estaban muy tranquilos.

Al día siguiente, Evrie se despertó.

Y notó que la habitación estaba vacía.

Se asustó por un momento, se levantó rápidamente de la cama y se puso las pantuflas para salir.

Casi se resbala y se cae al suelo.

cintura, trayéndola hacia un abrazo, y una fresca respiración

descuidada? Incluso caminar

y vio su rostro

golpe, se puso de puntillas y lo abrazó, sin

—¿Qué pasa? —

le acarició la cabeza, su voz sonaba

te habías ido otra vez, que me habías dejado.

Farel se tensó por un momento, apretando

te dejaré.

luego levantó la mirada

vas a

dijo Farel, —Hoy te acompañaré al control

se calmó del todo, sus ojos brillaron y se sintió un

tomaré el

eso fue a buscar su teléfono

así que no estaba ocupada y tenía tiempo para

accedió de

la empresa

Evrie le agradeció repetidamente.

Después del desayuno.

al hospital en

llegaron apresuradamente, Berto había reservado

vestíbulo, se

Era Giselle Rivera.

coincidencia, ¿a qué vienen

las quemaduras en su cuerpo, aunque estaba herida, parecía estar de

su expresión, se colocó delante

tú qué haces aquí?

me dan de alta, vine a tramitar el alta médica, tengo que hacerlo

en Farel —Sr. Haro, ¿por qué está

la cabeza,

—Vámonos. —

brazo y pasaron junto a

irse, le echó otro vistazo hacia

de una manera fría,

esperándola afuera, vino

se acercó para

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