En casa de Blanca.

Evrie miró a su alrededor, desconcertada, y le preguntó a Blanca: —Blanca, ¿dónde está tu perro? —

Los labios de Blanca temblaron ligeramente, su expresión era indescriptible.

—¿Qué perro? El que tiene un perro es Berto, y cuando sale de viaje, a menudo lo deja aquí. —

Evrie la miró con un significado profundo y le comentó: —Parece que ustedes tienen una buena relación. —

—¿Buena? Si esta mañana acabamos de discutir. Ese hombre se fue enojado, llevándose a su perro consigo. —

Blanca llegó con una bandeja de frutas, encendió el televisor y se sentó en el sofá con las piernas cruzadas.

—Mejor que se haya ido, así no me molesta. —

Evrie sonrió disimuladamente: —Ustedes dos parecen muy compatibles. —

—No digas eso, prefiero estar sola para siempre. —

Blanca le pasó una manzana y le dijo con paciencia: —Cómetela, para reponer vitaminas y recuperar tu cuerpo. —

Evrie mordió la fruta, sintiéndose cálida por dentro.

Al mencionar al perro, Blanca se emocionó.

Sacó su celular y el protector de pantalla era un perro Golden Retriever alegre y radiante.

—Te digo, aunque Berto lo compró, el perro ha pasado la mitad del tiempo creciendo conmigo. Nos llevamos muy bien y es muy adorable. ¿No te parece muy bonito? —

Evrie se acercó amablemente a mirar.

El perro era grande y estaba sentado en un piso limpio, sonriendo hacia la cámara.

Detrás de él había un sofá de cuero con una manta blanca encima, y sobre la manta, un gato gordo color naranja.

Ese lugar…

Evrie se quedó perpleja.

de la casa de

ese gato…copy right

era de Farel.

al

años sin verlo, y se había puesto

Berto siempre lleva al perro a casa de Farel para jugar con ese gato gordo. Si quieres, la próxima vez

—Originalmente él lo encontró, ese gato le pertenece.

dijo eso, sus ojos seguían fijos en

había criado desde pequeño, como si fuera su propio hijo, y quería observarlo un poco

nostalgia y le comentó: —No te preocupes, está muy bien. Farel va y viene entre la oficina y su casa para alimentarlo, tiene una rutina muy regular y

Evrie… —

tan obvio su comportamiento que tenía que

comenzó a molestarla de

sentiría el

Comenzó a llover afuera.

Un suave chapoteo resonaba.

habló: —Sr. Haro,

respondió: —Regresemos al Barrio El Magnético.

activó los limpiaparabrisas y el Range Rover comenzó lentamente a retroceder, saliendo del

tarde,

alegró, mostrando una amplia sonrisa: —Gracias, Sr.

del vehículo y rápidamente tomó un

silencio, observando

del coche, haciendo un ruido

se sentó en el coche por un rato, sacó su celular y abrió

apenas una docena

Todas eran de ella.

de su perfil profesional y promocionales

fuerte aguacero, Farel apagó las luces del coche, sumiendo

resplandor en el interior del coche era ella, en

mirándola así, por

En la madrugada.

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