Desde que Evrie se fue, él se había mantenido en esa posición.

Joan no pudo resistirse a preguntarle.

Había escuchado cada palabra perfectamente.

Pero no todo debería decirse, aunque se pueda decir.

Se había puesto triste por esa pregunta y había hecho sentir aún peor a Farel.

Farel abrió los ojos y contempló el techo oscuro del coche.

Así había pasado estos cuatro años: trabajando, durmiendo, cuidando a su gato, era un ciclo sin fin y sin horizonte.

Pensaba que, habiendo soportado cuatro años, ya debería estar acostumbrado.

Pero justo ahora, viendo cómo su silueta se desvanecía en la noche.

No sintió alivio, no sintió alegría, solo le quedaba una oscuridad interminable.

Si nunca hubiera visto la luz, podría soportar la oscuridad.

¿Realmente se arrepentía?

Sí, se arrepentía.

Farel guardó silencio por un largo rato y de repente le dijo: —Mañana concierta una cita con Marín para mí, necesito verlo. —

Joan se sorprendió: —¿Tan pronto? —

—Sí, organiza todo por mí.—

De repente el Hummer de Valerio le pasó por al lado, rozando su coche.

Detrás seguía un lujoso coche, y así, majestuosamente, se fueron.

El frente del salón de banquetes estaba vacío, sin una sola persona.

Farel respiró hondo, listo para partir.

—Vamos, volvamos al Barrio El Magnético. —

Al día siguiente, Evrie se despertó temprano.

Ya estaba acostumbrada a levantarse a esa hora, ni siquiera necesitaba un despertador.

de noche había un vaso de agua y un conjunto

el corazón, se

el delicioso aroma proveniente del comedor la

la última sopa a la mesa y al ver a Evrie, sonrió de oreja a

Vamos, aséate y

Valerio apareció con su

¿por qué cocinaste otra vez? ¿No podría hacerlo

la hice especialmente para Evi, ustedes dos solo se benefician de ella. —Nieve se quitó el delantal y le ordenó:

que obedientemente

sentó a la mesa

—Gracias, Nieve. —

quise tener una hija, pero nunca tuve la oportunidad. Si quieres, puedes

le hablaba

Evrie, pero también podía ver que el cariño de su

amistad

dura más tiempo y es

lágrimas: —Está bien, te cuidaré como a una

más,

Justo Valerio iba hacia el parque industrial y pasaría por

aventón y llegó

Blanca con dos tazas

café que preparé.

tomó el café y notó una mancha

una mirada significativa, Evrie le preguntó: —Tu brazo… ¿acaso te volvió a morder un perro?

perro se volvió loco

continuó bromeando: —¿Y también te mordió tu

Blanca: —.

..—

tan profundo y te dejó el cuello tan morado, ¿tu perro no se llamará Berto y es

piso que conoce a Berto, y no quiero que

—Shh…—

suplicó: —Por favor, deja de hablar, vine a pedirte un favor. ¿Podrías ayudarme, por favor?

—¿Qué necesitas? —

—Voy a seguir con la etapa final del edificio

perpleja: —¿No era ese el proyecto

no le fallaba, ese era un proyecto que Berto le había

Blanca se mostró

edificio de Berto? —

The Novel will be updated daily. Come back and continue reading tomorrow, everyone!

Comments ()

0/255