Capítulo 33

Al siguiente segundo, el hombre con un aura dominante se presionó contra ella.

-¿A quién buscabas? ¿A Rodrigo? No sabía que tu relación con él era tan buena. ¿ Cuánto tiempo has estado en contacto con él a mis espaldas? ¿Eh?

-¿…Señor Vega? -Cira estaba aún conmocionada.

Los ojos de Morgan en la oscuridad eran sombríos: -Sí.

Cira se relajó ligeramente, pero pronto se tensó de nuevo, resistiendo: -Señor Vega, suéltame.

-¿Te interesa Rodrigo? -Morgan la conocía demasiado bien; al verla sonreírle a Rodrigo, sabía que no era totalmente indiferente hacia él.

Cira ignoró sus palabras y luchó en silencio. Ella solo pensaba que Rodrigo tenía una inocencia encantadora.

Morgan, con tono burlón, la arrastró a la ventana del cuarto de almacenamiento y abrió una rendija: Mira por ti misma.

Cira miró instintivamente hacia afuera.

Vio a Rodrigo en el jardin trasero, presionando a una mujer contra las rocas, mientras ella gemía con pasión.

En el breve tiempo que ella fue al baño, él ya estaba con otra mujer.

¿Inocencia encantadora? Una ilusión. Esta era la verdadera cara de un joven de alta sociedad.

Cira se sintió asqueada, apartando la mirada y finalmente encontrando la oportunidad de empujar al hombre.

él me ayudó

tocar

realmente estaba enojada, pero antes de que pudiera reprenderlo, los labios de

su mano se deslizaba desde su omóplato hasta la curva de su cintura,

quedó atónita,

+15 BONOS

una montaña. Cambió de empujar a arañar, rascando su piel a través de la camisa y en la parte trasera

-Morgan…

levantó el dobladillo de su vestido, y Cira, encontrando fuerzas de alguna

-¡Suéltame!

con un armario detrás de él, provocando un sonido

en ese momento, alguien pasó por fuera, escuchando el ruido y

en el cuarto de almacenamiento, no podía imaginar los rumores que surgirían. No quería que, incluso después de haber dejado el Grupo Nube Celeste, circularan

completamente inmóvil, incluso

reinaba un silencio absoluto.

si esta mujer había comido el corazón de un oso y la vesícula de un leopardo para

de la puerta, pero estaba cerrada por dentro y, al

el cuerpo tenso de Cira finalmente comenzó a

este incidente, Morgan también perdió el interés,

no le gustaban las mujeres de mi tipo. ¿Cómo puede ser

-¿Me estás insultando?

al señor Vega que tenga en cuenta

su boca y dijo lentamente: -Yo decido qué tipo me gusta, secretaria López, no trates de

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