Capítulo 38

Morgan finalmente no dijo si aceptaría o no la sugerencia de Enrique. Continuaron bebiendo hasta la madrugada antes de dispersarse.

Enrique decidió dormir directamente en Palacio del Oeste. Morgan, que le parecla sucio, pidió a los sirvientes que lo llevaran de regreso a Costa Bella en su coche.

En ese momento, él ya estaba bastante ebrio, caminando con inestabilidad. Un sirviente lo ayudó cuidadosamente a subir las escaleras y Morgan se dirigió al sofá, recostándose a medias y sosteniendo su sien dolorida,

El sirviente, preocupado por lo que podría pasarle a Morgan después de irse y temiendo no poder explicar su responsabilidad, dudó y preguntó.

-Señor, ¿necesita que llame a su niñera para que lo cuide? ¿O dónde está su medicina para la resaca? ¿Puedo ir a buscarla para usted?

Morgan, molesto por la insistencia, frunció el ceño y le entregó su teléfono: Llama a Cira López, que venga aquí.

El sirviente, tomando coraje, buscó en sus contactos y encontró a Cira López, llamando al número.

Nadie contestó la primera llamada. Ya eran casi las dos de la madrugada y probablemente ella estaba dormida.

El sirviente intentó de nuevo. Justo cuando el tono de llamada estaba a punto de terminar, finalmente fue contestado.

La voz de la mujer al otro lado sonaba confusa, claramente había sido despertada. de su sueño.

-¿Quién es? -preguntó la mujer con voz somnolienta.

El sirviente respondió rápidamente: -Hola, ¿es Cira López? El señor Vega ha bebido demasiado y ahora está en Costa Bella. Él quiere que venga.

silencio, Cira

Era Morgan.

costumbre, sin

sin hacer ruido durante un minuto.

sirviente intentó nuevamente: -Señorita López,

siguiente segundo, la llamada se cortó.

+15 BONOS

a llamar, pero esta

incomodidad, tragó saliva y tartamudeó: -Señor Vega, la señorita López… parece que no quiere

sus ojos eran fríos y peligrosos, como los de una

cuando Morgan, con una voz

sirviente se apresuró a salir.

de colgar el teléfono, Cira no podía dormir, sintiéndose frustrada y sofocada.

él todavía tener el descaro

¿Por costumbre?

de salud, ella siempre encontraba una solución, incluso si estaba en otra ciudad por trabajo, y regresaba a

recordar, se daba cuenta de lo ciega que

y

siguiente, Cira comenzó a buscar un nuevo trabajo.

pero esta vez decidió empezar de nuevo,

Sherón, porque era de allí. Excepto durante sus años universitarios, había pasado toda su vida

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