Capítulo 48

En la reunión anual del Grupo Nube Celeste del año pasado, ella se giró accidentalmente y chocó con un caballero. Aunque reaccionó rápidamente, logró mojar la manga del hombre. Él, de buen temperamento, no le reprochó su

torpeza.

Ella insistió en pagarle la camisa, pero él se negó repetidamente. Finalmente aceptó después de su persistencia.

Como él aceptó el dinero, Cira consideró el asunto resuelto y no lo recordó hasta que él lo mencionó.

Entonces, Cira observó detenidamente al profesor Sánchez.

Él era joven y apuesto, con una piel pálida pero no enfermiza.

Llevaba gafas de montura dorada, debajo de las cuales había unas cejas largas y oscuras, y unos ojos brillantes que recordaban la sensación refrescante y reconfortante de tocar el agua del río.

Su nariz era alta, sus labios de un color claro, y su mandíbula bien definida, dando una impresión general de ser inofensivo.

Cira también notó algo brillando en sus orejas y, al mirar más de cerca, se dio cuenta de que era la cadena de las gafas.

Las cadenas de gafas le parecían seductoras, civilizadas y atractivas.

Pensó que la descripción más adecuada para él sería un elegante desastre.

unos segundos antes de extender su mano: -Hola,

¿verdad? Permiteme presentarme formalmente: soy de la ciudad de Xoán, la familia Sánchez, la cuarta generación, Marcelo Sánchez. Es un placer conocerla, señorita López.

esperaba que fuera de

en la ciudad de Xoán, comparable a

respondió respetuosamente: -No tenía idea de que el joven maestro de la familia Sánchez fuera profesor universitario. Mis disculpas.

finalmente estrechó su mano, con una voz cálida: -Esa es

+15 BONOS

que queramos.

ser los menos talentosos, entonces supongo que no hay verdaderos profesionales en este mundo comentó Cira, encontrándolo demasiado modesto.

sonrió y la invitó de nuevo: -Entonces, señorita López, ¿seguro que no quiere que le haga de guia turistico?

asunto aquí, solo estabal pasando

una universidad es visitando su comedor. Permitame invitarla a almorzar, señorita

que él era profesor y no gastaría mucho en

-De acuerdo.

la Universidad de Sherón, la comida se servía en pequeños platos y cuencos que uno mismo recogía, para luego pagar

y una sopa, observando que Marcelo gastó

de todo, un joven rico como él podía

es bastante bueno

de trozos de pescado al vinagre delante de

distinguida, él mantendría ciertas formalidades en la mesa, como el refrán de no hablar mientras se come. Para su

ciudad de

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