Capítulo 0168

Cira se apresuró a explicar: -Profesor Sánchez, no te confundas, no quise decir…

-No escucho.

Marcelo actuaba caprichosamente: -De todas formas, eso es lo que pienso. Si la estudiante Cira López tiene otra opinión, espéreme a que termine con el laboratorio y vaya a Ciudad Aguavilla a recogerla, entonces podremos debatirlo bien.

¿Qué estudiante? Ella no era su estudiante… Cira se sentía incapaz

de defenderse.

Marcelo simplemente dijo: -Ya es tarde, mejor descansa temprano.

Yo me voy.

Y colgó el teléfono, dejándola sin opción de réplica.

Marcelo abrió la puerta del balcón, tomó la regadera y comenzó a regar unas macetas de menta, sintiéndose más contento que nunca.

Recordó un día en la escuela, durante el recreo, cuando escuchó

accidentalmente a algunos estudiantes universitarios bromeando: – La esposa de un amigo es mi esposa, tu novia es tan hermosa, ¿qué tiene de malo si le echamos un vistazo…

«La esposa de un amigo es mi esposa.))

Marcelo no pudo evitar sonreír.

quién tiene

a sí

la mañana siguiente, Cira llamó de

su voz sonaba aún más suave y risueña: -¿Así que estás tan ansiosa por refutar?

pensaba que esta llamada era una continuación de la de anoche, ansiosa por refutar la idea de que

en voz baja: -Eso realmente me

triste.

-No, no es eso. No quiero decir que no me importas, quiero decir… ¡Ah,

había dado cuenta, y su risa se hizo más clara: – Entonces,

desventaja, era fácil ser arrastrada en este tipo de conversaciones.

gentil y educado, en realidad sabía cómo

este tema: -Realmente tengo

parar: -Ya no

pasa?

se ha ido

-Sí.

intente encontrar una manera de reunirse con esta secretaria

-¿Y luego?

una hora, y antes de

a mi hermano que te haga

Cira sonrió, contenta.

trabajo de la tarde

junto con Morgan

Morgan y Ramón caminaban

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