Capítulo 0190

El humidificador en la habitación rodía finas gotas de agua, impregnando el aire con un sutil aroma a naranja.

La mujer en la cama ya estaba sumida en un sueño profundo, acurrucada en las sábanas blancas, pareciendo una delicada y hermosa flor de diente de león sin apoyo alguno.

Gerardo se sentó en el borde de la cama, apartó las mantas sin preocuparse de despertarla.

No mostró ninguna reserva, como si esta intimidad fuera completamente natural entre ellos.

Cira, que temía el frío, llevaba un pijama de algodón de manga larga y pantalón largo. Gerardo escaneó todo su cuerpo, asegurándose de que no hubiera heridas, luego tomó su mano.

En la palma de su mano había una gran tirita, Gerardo utilizó la yema del pulgar para rozar suavemente el borde de la tirita.

Después de un rato, volvió a colocar la mano de Cira y arregló las

mantas.

La llamó suavemente: -Cira.

Gerardo no se quedó mucho tiempo en la habitación de Cira, alrededor de diez minutos, cerró la puerta de 1702 y se fue.

Presionó el botón del ascensor.

Las puertas del ascensor se abrieron frente a él.

Se encontró cara a cara con Morgan.

+25 BONUS

Al día siguiente, Cira se despertó de forma natural.

relajación en

humidificador, pensando en preguntarle a Mía de qué marca era el aceite

ayudó

hora en su teléfono, ya eran más de las diez, y vio un mensaje de texto del banco que

a dudas, era

pidió dinero a Lidia porque los eventos ya habían sucedido. No podía golpearla, ni tenía

financiera era la

doble por

y vio que Marcelo le dejó un mensaje alrededor de las

entorno, que no se sentía bien, y quería regresar. El grupo

idea de presentar una queja.

dejarlo estar, no hay

insistiendo.

pero Cira pensó que no era necesario.

base de la calle

a almorzar y

le envió

pidió comida a

de la noche anterior en el automóvil, Cira abrió su ordenador y buscó en línea términos que ya había

no pudiera encontrar información.

esos directores y expertos eran tan inaccesibles para la gente común que ni siquiera

recurrir a Marcelo.

no estaba mu

había ayudado mucho de diversas maneras. Las deudas de

gratitud son difíciles de saldar. No tenía razones para pedirle

ayuda con tantas cosas.

Cira no quería

repartidor de comida la llamó para que bajara a recoger

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