Capítulo 0228

Helena levantó el tabique entre los asientos delanteros y traseros en el primer momento.

Así, el espacio trasero se convirtió en un área cerrada y estrecha.

Cira, arrastrada por él, se arrodilló en el suelo del coche, su cuerpo entre sus piernas, su espalda contra el tabique, y él frente a ella.

La estrechez del espacio no le dejaba escapatoria.

Cira, sofocada, empujó el pecho de Morgan: i… Qué haces! ¡ Suéltame!

Morgan la sujetaba con una mano mientras apretaba su barbilla con la otra, mirándola fijamente a los ojos.

-Podría encontrar ochocientas excusas para justificar las mentiras de Marcelo hacia ti, y otras ochocientas para culparme de crímenes infundados. Secretaria López, eres muy imparcial.

Él, claramente herido, no se sabía de dónde sacaba la fuerza para retenerla así.

El aroma a nieve de Morgan invadía su nariz, ineludible: -Es verdad que por mi culpa, Lidia te dejó en el bosque salvaje, pero no tengo la relación que piensas con ella.

¿Estaba explicando?

Qué absurdo.

-Nunca me importó vuestra relación, ¿qué tiene que ver conmigo? – Cira intentó liberarse, pero él la sujetaba, obligándola a mirarlo directamente.

-Siempre te basas en rumores y suposiciones para catalogarme

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crees es realmente lo que

ese tema!

y enfurecida por sus falsedades, estalló: -¡ Dijiste

la fiesta de baile con los ojos vendados, ¿acaso no es entregar a la pareja de baile? De lo contrario, ¿cómo describirías esa situación?

hacia la izquierda desde el principio? ¿Hacia dónde fuiste?

-¡Yo…!

-El tiempo ha pasado, no hay pruebas, puedes justificarte como quieras, y además ya no me importa. ¿Me vas

generosa. No me

exigía

he sido solo una herramienta para ti! ¡Por tu inconstancia por cambiar de parecer

ti? Deseando lo que no tienes, mostrando un poco de afecto y fingiendo que es mucho.

preguntó: -¿Cuándo te he

¿Cuándo?

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Qué irónico…

antes de que rompieran oficialmente, él también estaba considerando si podrían ir más allá, incluso casarse no sería

miró intensamente, recordando aquella noche, su cuerpo. se tensó,

un rato, su

desde cuándo empecé a alejarme de ti.

iba a perder el tiempo

preguntó por última vez: -¿Me sueltas o no?

apretó los labios,

había obligado.

hacia su herida en

-¡Ah!

en recuperación, exhaló dolorosamente y

empujó, creando distancia entre ellos, y golpeó el tabique: Helena,

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