apítulo 0419

La madre de Cira también escuchó el regreso de su esposo padre, y justo entonces, ilevó el último plato a la mesa.

-Entonces, a comer. Hoy, Cira trajo a Morgan sin avisarnos con antelación, así que no preparamos nada especial, solo comida casera. No sé si a Morgan le gustará.

Morgan se levantó, echando un vistazo al pálido rostro del padre, y dijo con una voz suave y tranquila: -Fue mi culpa por no avisar a Cira con antelación que me quedaría, así que ella no pudo informarles. No es su culpa.

la madre de Cira, que no había estado tan feliz en mucho tiempo, sonrió ampliamente y reprendió cariñosamente: -Morgan, no malcríes demasiado a

Cira.

Pero luego defendió a su hija, diciendo: -Aunque nuestra Cira es tan sensata que no se puede malcriar.

Cira sonrió ligeramente.

Todos se sentaron a la mesa, y la madre de López primero sirvió un tazón de sopa para Morgan, luego continuó sirviéndole más platos.

-Morgan, prueba este caldo de pescado. Y el pescado lo pescó nuestro vecino en el mar.

-Y este cerdo agridulce con piña, es el favorito de Cira. Le ha encantado lo ácido desde que era pequeña.

Morgan miró a Cira, quien, en efecto, estaba comiendo piña: -¿Te gusta lo ácido?

La madre sonrió: -Por supuesto, hoy, al comprar provisiones para el Año Nuevo, incluso compró azufaifos y ciruelas verdes.

-Por cierto, todavía no conocemos tu horóscopo completo, Morgan. Aquí, para casarse, hay que comparar los horóscopos y elegir un día auspicioso para la boda.

-Claro, todo esto también puede esperar hasta después de que nos hayamos. reunido con tu padre.

actitud de la madre en la mesa contrastaba con la extraña actitud callada y

como su

de que él había estado callado todo el tiempo, comiendo poco y con los músculos de su rostro tensos, como si

extremadamente nervioso.

una sonrisa educada y respondió a cada gesto de hospitalidad de la madre, sin

recordó

Según nuestra tradición local, el nuevo

de fideos dulces en su primera visita. Voy a prepararlos ahora mismo. No se pueden pasar por alto estas

demasiado. Estaba a punto de decir que a Morgan no le gustaban los dulces o

más tarde.

que no era gran cosa, pero el padre de repente estalló, como si una cuerda tensa

a todos en

agitado, exclamó: -¡¿Qué boda ni qué boda?! ¡No estoy de acuerdo!

desconcertada: -¿Por qué?

Simplemente no estoy de

a

que volvió a casa después de tres años, sintió que su padre se sentía culpable hacia ella, nunca le

muy sorprendida e incomprensiva: -Papá, ¿qué estás diciendo?

ya había perdido el control, tirando sus palillos y señalando a

con ojos

-Tú… ¡vete! ¡Vete!

padre, con los músculos de su boca temblando y la voz ronca: mi casa!

-¡Sal de

La madre estaba atónita, mirando fijamente

SANGU SI+

se volvió con calma hacia Morgan y dijo:

a Cira, y sin decir nada,

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