Capítulo448

-Isabel, eres abogada, deberías saber que algunas palabras pueden acarrear responsabilidad legal–dijo Francisco con calma.

-Estabas borracha, vomitaste por todo el cuerpo, no sé dónde vives, la oficina de abogados ya cerró, así que tuve que llevarte al hotel para descansar. No hice nada, incluso pedí al servicio que te cambiara la ropa, todo de manera adecuada.

Isabel, enojada, dijo: ¡Yo no estaba borracha en absoluto! ¡Fue porque me drogaste!

Francisco respondió: -Las personas ebrias nunca admiten que lo están.

Isabel sintió primero su cuerpo y no encontró señales de haber sido afectada de alguna manera.

Mostrando una sorprendente calma, en apenas unos instantes, ¡comprendió que Francisco lo había planeado todo!

Él no la violó ni la acosó indebidamente. La droga que le habían puesto en la bebida ya se había metabolizado completamente en su cuerpo. Incluso si se hacía un análisis de sangre, no encontrarían nada. Ya sea que presentara una denuncia o lo demandara, él no asumiría ninguna responsabilidad legal real.

Así era como actúan los abogados criminales, sin dejar rastro alguno, evitando. cualquier riesgo para sí mismos.

Los golpes en la puerta afuera continuaban, cada vez más fuertes. Isabel miró y sospechó de quién podría ser, ¿Enrique, quizás?

estás intentando hacer? ¿Quieres que Enrique. malinterprete que algo sucedió

-¿Crees que hay alguna posibilidad de que, incluso si me divorciara de Enrique, estaría contigo? Solo con mirarte ahora, me siento completamente

de licor y se

no te parece asqueante? Mira

fotos sobre ella: -Son instantáneas, con fechas en ellas. ¡ No digas que estoy tergiversando o alterando

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agarre, pero no pudo evitar mirar hacia abajo. Las fotos eran evidencia de lo que Francisco había mencionado en el bar, la prueba de que Enrique se fue de pesca con una atractiva mujer en bikini

debajo de la mesa, la atractiva dama al lado de la mesa, y también Enrique,

capa de luz bajo el sol. El cabello corto, ligeramente húmedo, estaba peinado hacia atrás de manera informal, revelando una frente limpia. Llevaba gafas de sol sobre su nariz,

llenos casi pegados a su brazo. Observándolo detenidamente, se podía vislumbrar débilmente la mirada en sus ojos detrás de las gafas de sol de

rió fríamente: -Pasaron tres días y dos noches en la pequeña isla. ¿ Crees que Enrique no tuvo nada

de Isabel permaneció imperturbable mientras Francisco abría un poco

¿puede él soportar que tú parezcas tener una

abriendo la puerta que estaba a punto

hostilidad, sus ojos recorrieron a Isabel en la cama y i luego levantó una pierna para

golpe detrás de él, y los dos hombres comenzaron a pelear en

deben asumir las consecuencias. de sus

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