Capítulo 18

Cuando Pedro bajó las escaleras, Bella ya se había marchado.

-Señor Romero, la señora ha cogido el taxi sola y se ha ido.–El conductor le informó de eso cuidadosamente.

Pedro apretó sus finos labios y ordenó que el chofer condujera de vuelta a Villa Dragón. Al ver los zapatos de Bella junto a la puerta, Pedro subió las escaleras. La puerta de la habitación de Bella estaba bien cerrada y no se escuchó ningún ruido dentro. Sin embargo, Pedro hizo un pauso y no llamó a la puerta.

Al día siguiente, después de fortalecer la salud, Pedro bajó la escalera, en este momento Fiona había preparado el desayuno. Se sentó a la mesa del comedor mirando hacia arriba y le mandó: -Ve a decirle a Bella que se levante y desayune.

Fiona le contestó: -Señor, la señora ya ha salido.

Anoche él le dio tiempo a Bella para que se calmara, quería esperar a mañana para preguntarle por su situación. Sin embargo, ella salió muy temprano por la mañana.

-¿A dónde fue?

Fiona sacudió la cabeza y contestó: -No estoy seguro, no me lo dijo.

-La señora ni siquiera desayunó, como si tuviera algo importante que atender. -Añadió Fiona.

Pedro dijo frunciendo las cejas: -Ya veo, ve y ponte a trabajar.

Entonces Fiona fue a la cocina y Pedro llamó a Miguel:

-Investiga lo que pasó anoche en el piso de Anna.

en que vio a Anna? Pedro no tenía ninguna duda de que si

en coche al hospital donde estaba Carlos. Según el número de habitación que

que no sólo contaba con un dormitorio y una habitación de acompañante, sino también un salón multifuncional, equipado con un televisor LCD de gran

era comparable al de una

ella llamó a la puerta, el cuidador acabó de medir la tensión arterial de Carlos, sentado

Romero, has venido muy rápido!

+15 BONUS

sonrisa divertida y preguntó: -¿Cómo se te ocurre venir a

café y respondió: -Tu lesión se debió más o menos a mí, no puedo tener la conciencia tranquila, así que he venido a ver si Señor Sánchez

chocó contra mi coche y envió a su mujer

cuidador trajo agua a Bella y salió. Bella tomó asiento tranquilamente en el sofá junto a Carlos. Contestó sonriente: -Nadie me

Romero, has venido por mí especialmente, me temo

hecho, tratar con la gente inteligente le ahorraba mucho tiempo. Bella tampoco rodeos: Efectivamente, te

-Algo asi.

habló con

quieres intercambiar ideas

tranquilamente un pequeño sorbo. Continuó: -¿Señor Sánchez, no

esto, Carlos mostró un poco más de interés de repente.

ganarás, señor Sánchez, porque tu

Bella y le preguntó: -¿La suerte

sonriente-. Puedo ayudarte a congesuir el

malvada y no dijo si lo creía o no. Sólo le

pronto como ella abrió la boca, él comenzó a preguntar

unirme a tu Banco de

socio.

aportaré diez millones de dólares, así como la garantía de firmar en más de dos proyectos lucrativos

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