Resistiendo al amor de Mi Ex-Marido

Capítulo 116

-¿Por qué no dices? ¿Acaso pensando en que Pedro estaba preocupado por otra mujer anoche, te pones triste otra vez?

Al ver a Bella pensando con las cejas fruncidas, Elena se burló de ella.

Bella le dio a Elena una mirada en blanco y preguntó: -¿Crees que en un hotel de cinco estrellas se puede tener lugar este tipo de incidente de seguridad sin ninguna razón?

-Lógicamente, no debería tener lugar, dijo Elena-, ¿acaso pones duda en la lesión de

Anna?

Era inevitable que hubiera algo sospechoso, pero Pedro ya debería haber averiguado la causa, pero no había encontrado nada, es decir, Anna hizo esta cosa a la perfección. Si ella se ofrecía a averiguar, tampoco podía conseguir ninguna pista. Y aunque lograra investigar la verdad, Pedro pensaría que tenía malas intenciones, e incluso crearía que como Bella no pudiera dejarlo, no podía dejar este asunto pasar.

De todos modos, fue Anna quien estaba herida y sentía dolor, siempre y cuando Bella ignoraba las opiniones de Pedro, esta estrategia de autolesión no tendrá ningún efecto en ella.

cosas que afectan el estado de ánimo, ¡tengo una buena noticia que decirte! – Bella dijo con

-¿Qué noticia?

accedido a firmar el acuerdo de divorcio. Con tal que no enteren a la abuela

antes que se requería el consentimiento de ambos padres? ¿Por qué cambió de idea

gravemente herida, así que tiene miedo de que

lo esencial-, ¿Pedro sospecha que eres culpable de la lesión de Anna? ¿Está loco? Él debería conocer tu carácter claramente, por

estás alabando por mi carácter

la razón por la que

Se trata de una larga historia, no puedo explicarte con claridad en poco tiempo. De todos modos, no somos adecuados, yo tampoco quiero atarlo con el matrimonio,

-¡Pum!

de hablar, Bella oyó el portazo de la habitación, pues levantó la vista y vio que Pedro, que evidentemente había dado un portazo y se había marchado, ¡realmente había vuelto! No sabía

+15 BONUS

aura fría

—Tú…

preguntarle qué quería hacer, pero se atragantó viendo su rostro. Sin decir nada, Pedro dio zancadas hasta la cabecera de la cama para coger su almohada, los libros y las gafas, luego con cara fría volvió a dar un portazo e irse.

también parecía aterrorizada, pues empezó a hablar después