Capítulo 121

Con el apoyo de su esposo, Patricia arrastró a Bella fuera de la oficina con más firmeza.

-Pedro, no te tomes en serio el divorcio, Bella está acostumbrada a cambiar de idea de vez en cuando, la educaremos bien cuando regresemos a casa. -Alejandro le dijo a Pedro con inquietud.

Pedro miró a la Bella irritable y dijo en voz impasible: -Tio, no quiero obligaros. Si no hubiera sido por el temor de que mi abuela estuviera preocupada, no tendría tiempo para enredarme con Bella.

-Con gusto, ¿cómo se puede decir que nos obligas? -Alejandro dijo, a la anciana siempre le gusta mucho Bella, en consideración al cariño que le coge tu abuela a Bella, no seas quisquilloso con ella.

Al terminar de hablar, Alejandro y su esposa empujaron a Bella fuera de la oficina. Pedro echó un vistazo los pedacitos de papel en el bote de basura, arregló su traje sin arrugas y caminó hacia la sala de reunión.

En el coche, el ambiente era particularmente pesada y silencioso. Tanto Alejandro como Patricia ponían cara muy mala, obviamente conteniendo su ira. Bella se sentó en la última fila, custodiada por su tía, quien estaba alerta para que ella no se escapara a mitad de camino. Ahora Bella estaba muy deprimida, porque casi había conseguido el acuerdo de divorcio, pero tal accidente sucedió, por lo que no tuvo tiempo de reaccionar en absoluto. Según sus comportamientos y palabras, su tío y tía no la dejarán ir fácilmente.

Bella vivía con su abuelo y madre cuando era niño, mientras que su tío vivía en una ciudad próspera, lejos de ellos. De vez en cuando, cuando volvían, sólo comían y hablaban de trabajo, ni no se preocupaban especialmente por ella, su sobrina. Por lo tanto, ella no era muy

con su tío.

cariñosa

negocio de la familia Fernández, por lo que Bella no podía tratarlo

enérgica y superar este obstáculo. En cuanto al acuerdo de divorcio, sólo podía descararse a pedirle a Pedro

cabeza contra la ventana del auto y fingió dormir. Luego de casi una hora

del automóvil primero para acudir a su abuelo, pero su tía le cogió de mano y dijo: ¡Entremos

El conductor les abrió la puerta. Luego

al ajedrez. Y cuando los vieron

+15 BONUS

despidió a ellos sensatamente con una sonrisa

frente a Alberto, dijo con enojo: -Pregúntale a tu preciosa nieta qué ha hecho.

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