Capítulo215

Al sentir la ira y la lucha de Bella, finalmente la soltó.

Las toallas estaban colocadas por todas partes junto a los bordes de la piscina, así que Bella, sin dejarse llevar por el enojo, tomó una y se la lanzó a Pedro, y se envolvió ella misma en otra, escapando por el sendero que rodeaba la piscina para ir a buscar a Elena.

Pedro observaba a la húmeda Bella, y aunque llevaba un modesto traje de baño, no podía ocultar sus hermosas piernas ni su figura tentadora, y se arrepintió un poco de haberla dejado

  1. ir.

-Hermano Pedro, ¿me estás escuchando? -volvió a llamar Manuel.

Pedro desvió la mirada, con un tono algo irritado. -¿Qué pasa?

-¿Por qué estás tan furioso? ¿Es que tienes alguna necesidad insatisfecha? -bromeó Manuel.

Manuel no se imaginaba que sus bromas casual mente habían tocado un punto sensible de Pedro.

-¡En adelante, habla directamente con Miguel, no me vuelvas a llamar!

Y colgó el teléfono.

Dejando a Manuel confundido.

Él se preguntó qué había hecho mal para que ya no pudiera ni llamarlo.

a Elena, quien, como si supiera que iba a buscarla, ya había despejado a los demás colegas. Estaba sentada en el

reirte, ¡casi me matas!-se quejó Bella al entrar en

agua.

Solo te traje aquí a las termas, ¡no te

abrazaras con Pedro!

abrazo vale, pero es que se pasaron, no querían soltarse. Para los demás, pensarán que

recordar lo sucedido, las mejillas de Bella

que Elena imaginaba, pero no podía decirle que fue Pedro el.que tuvo una reacción fisiológica y

¿ahora te da vergüenza y te sonrojas?

mis colegas estaban al lado mío gritando de la envidia, decían que ustedes eran tan acaramelados que no lo soportaban, y que también querían

tuya que me hayas engañado y que no vayamos

no estaba en su habitación, Bella

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+1D BONUS

perder la cabeza y la buscara, y ella no pudiera defenderse Estaría más segura si se quedaba con

rechazó: -Eso no puede ser, el doctor Julio

se enfadó: –Cuando nos fuimos, me dijiste que el doctor Julio

no tenía, pero por la noche

miró su teléfono y de repente se le

miró con atención, para luego exclamar con sorpresa:

mira! ¡Alguien ha subido una foto tuya y de

presentía que no sería una

mirar y, efectivamente, era la escena en la que Pedro la abrazaba y le besaba el

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