Resistiendo al amor de Mi Ex-Marido

Capítulo226

¿No miras por dónde caminas?-Pedro estaba molesto.

Por poco la atropella un coche.

Bella se asustó, pero también recobró la razón.

¿Qué estaba haciendo? ¿Por qué de repente se había enfadado con Pedro?

¿Y por qué dijo esas palabras por celo?

Parece que Elena la había lavado el cerebro, y ella albergaba esperanzas de que Pedro la quisiera y no se quisiera divorciar.

Qué horrible.

Bella ignoró el regaño de Pedro, retrocedió un paso y dijo con calma: -No hace falta ir al centro comercial, podemos comprar los pasteles en algún sitio.

Pedro pensaba que Bella se enojaría y diría que no era asunto suyo, que no se metiera, pero resultó que ya no tenía rastro de enfado y se veía mucho más sensata.

Pedro, naturalmente, prefería esta reacción de Bella, sin escenas ni berrinches, diciendo las cosas de manera racional.

Los dos volvieron a subir al coche, Pedro dejó la bolsa de medicamentos en la consola.

dos buscaron en el GPS una famosa pastelería.

parecía estar haciendo buen negocio, había varias personas haciendo

Bella

desabrocharse el cinturón para bajar, pero Pedro, viendo su ropa ligera, dijo: – Quédate en el coche, yo bajaré

Bella

el estómago, así

que le faltaba algo de líquido, así que cogió una botella de agua mineral del minibar del coche.

Bella se apresuró a limpiar con pañuelos de papel,

y ordenado, los medicamentos estaban en bolsitas transparentes con el nombre y la dosis

rápidamente y los metió de vuelta en la bolsa, viendo

volvió, Bella estaba jugando con el

los rastros de agua en la consola y la botella al lado. -¿Te has tomado ya las pastillas

Bella asintió vagamente.

unos quince minutos y llegaron a la

le dijo a Bella que primero la acompañaría

con varios empleados del Grupo Romero que les saludaban con entusiasmo. Algunos incluso se

mantuvo una sonrisa

interior ya imaginaba la razón por la que Pedro se

del Grupo Romero y se hablara mal de ella, esta sería una buena oportunidad para dejar claro a todos que

había logrado su

a Bella no eran los rumores, sino otra