Capítulo239

Pedro asintió con la cabeza con indiferencia. -Iré más tarde.

Colgó el teléfono y el chofer se le acercó para decirle: -Director Romero, la señora dice que está usted muy ocupado, así que no se quedará a almorzar. Ella y el señor Fernández tienen más cosas que recoger, así que ya han entrado.

Claramente lo estaban echando, y Pedro se quedó de pie unos segundos antes de dirigirse al coche.

El chofer le abrió la puerta trasera, pero justo cuando iba a subir, Pedro se detuvo.

Tras pensarlo un momento, dio media vuelta y se dirigió a la casa.

En ese momento, Bella estaba con su abuelo mirando una tablet en la mesita, discutiendo

sobre qué lugares de la Provincia de Lago eran los más divertidos, con una expresión de dulce coquetería que hacía mucho que no mostraba a su padre.

-Abuelo. llamó Pedro con voz clara.

Alberto se giró. -Pedro, ¿aún no te has ido?

-Estaba a punto de irme, pero hay algo de lo que debo disculparme con usted–dijo Pedro-. Por mi descuido, la mano de Bella resultó herida.

Alberto entonces reparó en que su nieta mantenía una mano oculta en el bolsillo de su vestido. -¿Qué ha pasado? ¿Dónde te has herido? ¡Déjame ver! -exclamó, preocupado.

Bella miró a Pedro con fastidio antes de sacar la mano vendada. -Ayer me lastimé un poco con una piedrecita, pero ya casi se ha curado. -lo tranquilizó.

Alberto aún se veía inquieto. Pero si tú eres de las que se quejan hasta por una espina, ¿cómo es que aguantaste la desinfección y el verdaje sin decir nada?

En el pasado, Bella había sido muy delicada.

Cualquier pequeña molestia la hacía lloriquear y exigir que su abuelo y los sirvientes la mimaran y le dieran medicinas.

Pedro recordaba una vez que la habían obligado a ir a visitar a Bella cuando estaba enferma. En ese momento, el abuelo elogió a Bella por su valentía y la convenció de que bebiera medicinas, pero ella vomitó después de tomar un sorbo y se quejó amargamente.

Los sirvientes enviaron dulces y miel, y pasó mucho tiempo antes de que Bella bebiera la medicina.

Pero ahora, Bella parecía haber soportado el tratamiento médico sin inmutarse siquiera.

Ni siquiera frunció el ceño,

Pedro no le gustaba el capricho de Bella, pero verla volverse calmada e indiferente lo llenaba de una incomodidad inexplicable.

-Abuelo, todo es culpa mía, no pude protegerla bien. -Pedro se disculpó de nuevo.

+15 BONUS

Capítulo239

Pedro asintió con la cabeza con indiferencia. -Iré más tarde.

Colgó el teléfono y el chofer se le acercó para decirle: -Director Romero, la señora dice que está usted muy ocupado, así que no se quedará a almorzar. Ella y el señor Fernández tienen más cosas que recoger, así que ya han entrado.

Claramente lo estaban echando, y Pedro se quedó de pie unos segundos antes de dirigirse al coche.

la puerta trasera, pero justo cuando iba a subir,

media vuelta

mirando una tablet en la mesita, discutiendo sobre qué lugares de la Provincia de Lago eran los más divertidos,

con voz

¿aún no te has ido?

hay algo de lo que debo disculparme con usted–dijo

en que su nieta mantenía una mano oculta en el bolsillo de su vestido. -¿Qué ha pasado? ¿Dónde

con fastidio antes de sacar la mano vendada. -Ayer me lastimé

de las que se quejan hasta por una espina, ¿cómo es

Bella había

abuelo y los sirvientes la mimaran y

estaba enferma. En ese momento, el abuelo elogió a Bella por su valentía y la convenció de que bebiera medicinas, pero ella vomitó después de tomar

pasó mucho tiempo antes de que Bella bebiera la

tratamiento médico sin inmutarse siquiera. Ni siquiera

de Bella, pero verla volverse calmada

todo es culpa mía, no pude protegerla bien. -Pedro se disculpó de

+15 BONUS

tan considerado -dijo Alberto sonriendo-, ya que has venido, ¿por qué no te

las once, Pedro miró a Bella y estaba a punto

una llamada de

permiso, se hizo a

nada desde ayer. ¿Podrías venir a intentar persuadirla? -pidió Javier.

el ceño. ¿Por qué

no

se quebró un poco. -Ella está molesta porque la cuestioné a

interrogué a tu esposa, fue un impulso. Si hay que culpar a alguien, culpame a mí, Anna no tiene nada que ver

esto…

tiene una conclusión

es necesario investigar más, al fin y al cabo involucra a

cada vez más entrecortada. -Pedro, desde anoche hasta ahora ni siquiera has llamado. Anna lo entiende, pero seguro que le duele

por dentro.

a hablar

el patio ya no había rastro de ella ni

no obtuvo respuesta, y volvió

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Capítulo239

la cabeza con indiferencia. – Iré

el chofer se le acercó para decirle: -Director Romero, la señora dice que está usted muy ocupado, así que no se quedará a almorzar. Ella y el señor Fernández tienen más cosas que recoger, asi que ya

quedó de pie

la puerta trasera, pero justo cuando

momento, dio media vuelta y se dirigió a la

mirando una tablet en la mesita, discutiendo. sobre qué lugares de la Provincia de Lago eran los más divertidos, con una expresión de dulce coquetería que hacía

Pedro con

no te has

punto de irme, pero hay algo de lo que debo disculparme con usted -dijo Pedro-. Por mi descuido, la mano de Bella resultó

de su vestido. -¿Qué ha pasado? ¿Dónde

mano vendada. -Ayer me lastimé un

de las que se quejan hasta por una espina, ¿cómo es que aguantaste la desinfección y el

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