Capítulo263

Pedro abrazó con fuerza a Bella, su cuerpo era delgado y frágil, lloraba desconsoladamente entre sus brazos, y Pedro sintió una extraña punzada de dolor en su corazón.

-Bella, si aún sientes algo por mí, ¿por qué quieres divorciarte? -preguntó Pedro con voz suave al oído de Bella.

¿Divorcio? -Bella levantó la cabeza de su pecho.

Después de haber llorado, los ojos y la nariz de Bella estaban rojos, su rostro sonrojado le daba una apariencia frágil y conmovedora.

-¡No me quiero divorciar! -Bella dejó caer más lágrimas, sacudiendo la cabeza con vehemencia-. Hermano Pedro, ya sabes que no hice eso, ¿por qué aún quieres el divorcio…?

Pedro se quedó sin palabras. …Así que solo escuchó la palabra divorcio.>>

Recordando la actitud tajante de Bella y su emoción al recibir los papeles del divorcio en la oficina, Pedro no pudo evitar tomar el rostro de ella entre sus manos y besarla con cierta reprimenda en los labios. ¡Fuiste tú quien propuso el divorcio!

Bella aún no había escuchado sus palabras, solo se cubrió los labios, sonrojada e incrédula. – Hermano Pedro, tú… ¡me besaste! ¿Ya no me odias?

-¿Cuándo dije que te odiaba?

se atrevió a devolverle un beso en los labios—. Hermano Pedro, jestoy tan

jamás se hubiera atrevido a hacer cuando

también la había besado, pero Bella siempre se enfurecía, incluso

se mostraba emocionada por su contacto, e incluso le correspondía

sus labios suaves le habían vuelto a besar, su aroma llenaba sus sentidos, despertando los

preguntó;

rostro tan rojo como una manzana y los ojos brillantes, Bella respondió: -¡Sí!

a inclinar la cabeza para besarla de

principio estaba un poco tímida, pero luego extendió los brazos y rodeó el cuello de él, respondiendo

habitación se elevaba cada vez más y Bella se volvía cada vez más

se aferraban a él y un ligero

anhelo en su corazón se hacía cada vez más intenso, con un

bien que Bella se arrepentiría después.

+15 BONUS

terminar el beso y a

has arrepentido? -dijo Bella con la respiración entrecortada,

sus lágrimas con el pulgar y respondió con voz ronca: –Tengo

cuello, tímida pero valiente – Hermano Pedro, nie gustas y quiero

de Pedro latía rápido.

miró fijamente. -¿Sabes lo que estás diciendo?

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