Capítulo 117

El diseño de Melody fue un exito rotundo; antes de que sus piezas llegaran a las vitrinas, ya había montones de damas de la alta sociedad haciendo cola para ordenar sus versiones personalizadas. Esta vez, el Sr. Paredes transfirió su porcentaje de las ganancias a su cuenta y luego le hizo una

llamada.

-Señorita Melody, de verdad le agradezco mucho por esta colaboración de diseño con nuestra empresa. ¿Tendría la gentileza de acompañarnos a cenar esta noche?-

El Sr. Paredes fue muy cortés y hasta le pasó la dirección. Melody no se negó, a pesar de que el hijo de ese hombre una vez se había propasado con ella. Pero al ver al Sr. Paredes disculpándose una y otra vez por las tonterias de su hijo, y notar algunos mechones de cabello blanco sobre su frente, Melody sintió un toque de compasión y respeto.

Asi que aceptó la invitación para esa noche. Después de colgar, empezó a escoger su atuendo.

Siempre elegante, su estilo era un reflejo de su buen gusto. Como el clima había refrescado, eligió un abrigo color crema. Debajo solo llevaba una camiseta ajustada, y completó su look con un par de tacones altos y finos antes de salir.

El viento nocturno era realmente frío, y Melody se abrazó a su abrigo mientras se dirigía al lugar acordado. Al llegar y empujar la puerta del restaurante, encontró al Sr. Paredes y un grupo de socios -comerciales que, al verla, levantaron sus copas en un brindis: -¡La Señorita Melody ha llegado!-

inteligencia y

todos, dijo Melody, sin poder rechazar. Se sirvió un poco de vino

a mencionar las obras de Melody, recomendándola efusivamente a sus colegas. ¡Ay, de verdad que ha

tiene mi tarjeta. Me gustaría mucho colaborar con usted

le pasaron sus tarjetas de negocio, y la carrera de Melody parecía abrirse ante una nueva etapa. Ella diseñaba con dedicación y el Sr. Paredes le allanaba el camino. Un corazón sincero encontraba otro sincero. Esta vez, su confianza habia

y bebiendo. Al terminar, los empresarios sugirieron ir a cantar por

rápidamente reservó un salón privado en un karaoke. Con risas y

de señ

Amigo, llama a tu hijo para

esta noche, ay. Señorita Melody,

cortésmente. -De hecho, solía acompañar a mi padre

karaoke, el Sr. Paredes se aseguró de invitar a unas chicas para que Melody no se sintieral

minutos después, aburrida, se levantó para tomar un

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