Rómpeme Cúrame y Olvídame

Capítulo 154

Leonora se enteró rápido del percance de Melody y no tardó en llegar al hospital. Al llegar a la puerta de la habitación, vio a Briar dando vueltas, mirando a través del cristal a Mateo y a Melody dentro de la sála, todavía seguía vacilando sin atreverse a entrar.

Con sus tacones resonando en el suelo, Leonora irrumpió con una risa fría, -¿Qué pasa, te dio miedo?- Briar notó la burla de Leonora pero no le dijo nada. Ella abrió la puerta y ambos entraron a donde estaba Melody.

La mirada que Melody levantó estaba cargada de odio, era tan fuerte que aún antes de que Briar pusiera un pie dentro, ella estalló, -¡Fuera!-

Briar se quedó pálido en la entrada.

s y vete!-

Los ojos de Melody estaban inyectados de sangre, -¡Lárgate! ¡Llévate todas tus cosas

Los objetos de cristal del velador volaron hacia Briar mientras Mateo le gritaba, ¡Melody, cálmate!-

-¿Cómo me voy a calmar?- Melody sentia un sabor a hierro en su garganta, -¡Todo es por su culpa, por él Eric sufrió todo esto!- Fue porque él insistió en mantener a Eric a su lado, que Nadia se volvió tan cruel con nosotros.

Briar no podía soportar esos ojos llenos de acusación y, casi sin pensar, replicó, -¿Es mi culpa que no -cuidaras de tu hijo? ¿Ahora me echas la culpa a mí?-

es por tu Nadia,

acusarme?-

Briar negó sin pensar, -Nadia es tan ingenua, ella no haría algo así.-

-¿Ingenua?-

se ríe, -Briar, eres la persona más patética del mundo, no ves

Briar avanzó pero Leonora lo bloqueo, ¿No escuchas que te dice que

que ya te

y Leonora gritó desde atrás, -Briar, hiciste que Melody terminara así y todav quieres

que quería acabar con Melody. ¿Cómo podía explicar que nunca quiso

explicarles nada. Briar se acercó y Melody tembló,-¡Fuera de mi

para intervenir, pero

rodar? Tu vida me debe una, ¿qué eres, una

¡Si no fuera por ti encerrándonos, Nadia nunca habría hecho eso!-

la cama y protegió a Melody entre sus brazos, -Si lo que

ojos y solo veía imágenes de ser golpeada sin piedad, recuerdos que estaban grabados en su mente. La mujer se abrazó a sí misma, -¡Lárgate, Briar,

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