Capítulo 20

“Jefe, la hemos capturado!”

Aspen le echó un vistazo a Carol a través de la ventana del coche.

Luego, miró una segunda vez… frunciendo el ceño.

Nathan acababa de decir que una mujer había sido secuestrada en plena calle, ¿sería ella?

¡No podía ser!

Porque ella no parecía para nada dócil, sino todo lo contrario, estaba furiosa y en ese momento se veía saltando de la rabia.

Primero le envió su ubicación a Nathan, bajó la ventana y miró fijamente a Carol.

Al verlo, Carol se sorprendió, “¿¡Qué!?”

Cada vez que veía su rostro, su presión subía en picada. Ya estaba molesta porque no había podido divorciarse de Aspen con facilidad, pero ahora estaba aún más furiosa.

“¿Otra vez tú? ¿Qué diablos quieres? ¡Sueltame! Te advierto que aún no he llamado a la policía por haberme retenido ayer, ¿no crees que puedo hacerlo ahora mismo? ¡Sueltame! Déjame ir…”

Carol gritaba furiosa, su rostro se había enrojecido de furia.

Aspen no entendía por qué ella era tan valiente, otras mujeres al verlo o le temían o se sonrojaban.

Pero ella era feroz.

que fuera a buscar a la mujer dócil que había mencionado Nathan, luego frunció el ceño y mandó a

cuanto se sintió libre, Carol intentó empujar la puerta para

cuenta de que no podía abrirla, se enojó y

romper la manija,

mi permiso, no bajarás!

fijamente y apretó los

a sus hijos, era difícil no asociarlo con aquel hombre salvaje

seis años.

mental de

en los disgustos de los últimos días, Carol

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por la

era aquel hombre salvaje que la habla

una palabra, ne lanzó sobre él con la intención

dentro, quería enfrentarse a

las injusticias que había tragado, todo estaba

la mano y agarró

“¿Todavía quieres pegarme?”

golpearte! ¡Quiero acabarte!”

¿Esta mujer era tan agresiva?

nadie se atrevía a decirle que lo matarían a la luz del día.

cuando de repente sintió un dolor agudo en

y mordió

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