Capítulo 68

Morgan, con esa actitud de macho bravucón, intentó abrazar a Carol con una mano más que atrevida.

Carol, ni corta ni perezosa, retrocedió unos pasos.

“¡Si te pasas de la raya, grito para que vengan todos!”

“¿Gritar? ¡Grita a ver! Quiero ver quién se atreve a detenerme. Si no me hago cargo de ti esta noche, me como el sombrero, ¿me oyes?”

Morgan, con esa furia de macho que no acepta un no, se lanzó sobre Carol como un tigre al acecho.

Pero, ¡zas!, se resbaló y su cara se encontró de beso con el piso.

Morgan, maldiciendo entre dientes por el dolor, solo alcanzó a decir, “¡Carajo!”

Carol, aprovechando el tropezón, corrió hacia la salida del baño.

Morgan, con un impulso salvaje, se levantó del suelo y lanzó el dispensador de jabón hacia la nuca de Carol.

El dispensador, hecho de porcelana fina blanca, habría abierto la cabeza de Carol de no ser porque se agachó justo a tiempo.

Viendo los pedazos de porcelana esparcidos en el suelo, Carol se quedó helada, respirando cont dificultad y mirando fijamente a Morgan.

Morgan no solo era un pervertido, sino que también era claro que mostraba tendencias

violentas.

“¡Si intentas correr otra vez, te juro que te mato! ¡No puede ser que no pueda contigo!”

Tras varios intentos fallidos por conquistar a Carol, su paciencia se había esfumado.

deseos tendrás, y mientras más se le escapaba, más

pintada en el rostro, avanzó hacia

toda

esperó más

correr.

ayuda a los empleados del hotel,

quería arrastrar a Tania y

de las habitaciones se abrió de golpe.

de cabeza y cerró la puerta con

la puerta, recuperando el aliento, y–gritó, “¡Auxilio!

quedó en silencio

convirtieron en shock y luego, en algo más profundo y significativa. Carol era una belleza con una presencia

la pureza de

Sin ningún defecto.

sido corrompida por la

evitar sentir un fuerte deseo de

que estaba fumando tranquilamente, frunció el ceño al ver

y ahí estaba ella de nuevo, después de asegurar que se iria esa misma

tarde.

¡Vaya!

Hidalgo, sentado a su lado, entrecerró los

un mujeriego consumado, la deseó enseguida.

era su tipo

de Aspen, se levantó y

señorita? ¿Qué

Orion los detuvo con un gesto, antes de que pudieran decir

con esas caras mejor no asusten

The Novel will be updated daily. Come back and continue reading tomorrow, everyone!

Comments ()

0/255