Capítulo 130

Aspen se agachó rápidamente y sujetó los hombros de Miro.

“Miro, cálmate, escucha lo que papá te dice…”

“¡Fuera! ¡Fuera! ¡Fuera…!”

“Miro…”

“¡Ahhhhh!”

Aspen acababa de empezar a hablar cuando de repente se escuchó un grito agudo dentro de la casa.

Padre e hijo se giraron al mismo tiempo.

Carol los estaba mirando con los ojos tan abiertos como campanas, ¡llena de asombro!

Aspen temia que ella alterara a Miro y, molesto, la reprendió con frialdad. “¿Qué te sorprende tanto?!”

Carol miraba fijamente a Miro, jaterrorizada!

Se abalanzó hacia ellos, apartó a Aspen de un empujón, alzó a Miro y lo llevó de regreso a la habitación.

¡Cerró la puerta con llave de un tirón!

Sin esperar a que Miro hablara, bajó la voz y preguntó, “Ledo, ¿cómo llegaste aquí?!”

Miro “?”

“Habla. ¿Por qué estás aquí? ¿Viniste con mami? ¿No te dije anoche que hoy te ibas–con tu madrina al jardín de niños?”

Miro “…”

de un pie al otro, “i¿Me

su corazón saltaba hasta la

había sido descubierto!

que iba a pelear por el niño!

teniendo más que ella; tenía coche y casa, mientras que ella no

casada; si Ledo se quedaba con ella, significaría tener un padrastro, y el juzgado definitivamente favorecería al padre

hacer? ¿Qué

qué podía competir

13:23

Lapitu

iba y venía,

abre la puerta!” Aspen llamaba

dirigió a la ventana,

algo de

miró afuera, temblando de

niño, pero era muy alto; si saltaban, habría un accidente.

¿Qué hacer? ¿Qué

Miro de

sorprendió, “¿Qué? ¿Fuera? Ledo, te has crecido, ¿eh? Ahora te atreves a hablarme con ese tono, mocoso,

“¡Fuera…!”

rostro oscuro, repitió.

fría como el hielo, escalofriante, igual que ese padre suyo cuando

“Ledo…”

no

y en ese momento se dio cuenta de

nunca la había mirado con esa expresión.

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