Capítulo 724

Así se quedaron abrazados, sin decir nada, sin mencionar los sucesos de hoy ni lo que vendría después…

Al día siguiente.

Carol despertó temprano, y al abrir los ojos, vio a Aspen, quien la miraba fijamente.

Ella no dijo nada, se levantó de la cama para revisar a Laín.

Aspen también se levantó rápidamente, “¿Llamamos al doctor?”

“Por ahora no hace falta.”

“¿Podremos trasladarlo hoy?”

“Vamos a esperar un poco más.”

“…Voy a mandar a preparar el desayuno.”

“Está bien.”

Carol comenzó a revisar el estado de salud de Laín, mientras Aspen la observaba unos segundos, frunció el ceño y, sin querer molestarla más, salió de la habitación.

C

Ella siempre respondía a lo que él decía, pero su actitud y la situación tensaron profundamente a Aspen. Se quedó fuera de la habitación, llamando por teléfono para organizar el desayuno de Carol.

Por la mañana, Paulo Bello apareció de repente.

Era la primera vez que abuelo y nieto se veían desde la cena de Navidad.

Si no fuera porque las cenizas de Yareni aún estaban en posesión de Paulo, Aspen ya lo habría hecho desaparecer, ¡nunca más se habrían visto!

tenía

Aspen encendió un cigarrillo claramente impaciente, “¡Vamos

sentado en su silla de ruedas mirándolo, dijo

ha pasado por todo esto

quizá hasta piense en

tensó, su mirada se volvió amenazante, “¡No te metas en lo

vivido más que tú, hay cosas que

valía.

protegerás

miró desde arriba, “¿Qué

su garganta antes de hablar, “Inscribe a sus hijos en el árbol

miró sospechosamente, esperando que continuara.

familia, al fin y al cabo, sigues siendo uno de nosotros. Unir a sus hijos en nuestra familía es la mejor manera de mostrar cuánto te

“¿Y luego?”

11:38)

Capítulo 724

ojos de Paulo se

son Bello por sangre, y no cualquiera puede

no importa lo que los demás digan. Me das el 20% de las acciones, y yo doy mi consentimiento para que los hijos de Carol sean

aprobación de Aspen, y

accionista del Grupo Regio Bello, la empresa seguiría bajo tu control, y podrías reconquistar el corazón de

esto.”

y le lanzó una respuesta, “¡Tu existencia es una tragedia!”

aún viviera por y

qué rechazar mi oferta ahora. Piénsalo bien y,

alejó en su silla de ruedas, mientras Aspen ni siquiera lo miraba.

cuando Paulo se fue, Miro apareció

“¿Cómo

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