Capítulo 3

Leonardo hizo una pausa y se quedó en silencio por un momento antes de contestar: —Sí, llámala ahora.

Poco después de que llegaran a Seattle, Matilda apareció. Según su explicación, estaba aquí de viaje, aunque todos en la sucursal del Grupo Ramos sabían que venía a buscar a Leonardo.

—De acuerdo.

Carlos organizó rápidamente el vuelo, y después de recoger a Matilda, los tres se dirigieron juntos al aeropuerto.

Tras más de diez horas de vuelo, finalmente aterrizaron sin problemas en el Aeropuerto de Monteflor.

Durante ese tiempo, Carlos pudo conocer el cuidado detallado que Leonardo le daba a Matilda.

Al bajar del avión, se encaminaron juntos hacia la salida del aeropuerto.

En momentos de multitudes, Leonardo inconscientemente protegía a Matilda.

Antes, Natalie también lo había acompañado en viajes de negocios, pero siempre había sido ella quien cuidaba de él, mientras que la actitud del hombre hacia ella era bastante distante.

En comparación, Matilda parecía más la esposa de Leonardo.

***

Mientras tanto, Natalie también salía por otro pasillo en el aeropuerto.

de tirantes con un cuello en V y gafas de sol, y su rostro mostraba una

estaba esperando en la entrada del aeropuerto desde hace tiempo y

en la comisura de los labios de Natalie se profundizó y aceleró

cuando estaba a punto de llegar a Tina, descubrió que la otra miraba detrás de ella con expresión

sólo para ver a Leonardo y Matilda

a la

Tina pudiera tomar la palabra, Natalie

se mantenía tranquila, Tina no podía estar segura de si realmente había superado a Leonardo,

viaje, ¿verdad?

más son

salieron mientras hablaban, sin darse cuenta de que una mirada aguda se posaba en ellas. O, para ser

a Leonardo, Matilda

—Leo, ¿qué te pasa?

mirada y negó con la cabeza.

¿Fue sólo su ilusión?

mujer que acababa de ver le recordaba a Natalie, pero ella nunca usaría un vestido de tirantes.

el ceño, se volvió hacia Carlos con una mirada

atrevió a mirarlo a los ojos y contestó con la cabeza gacha: —Aún no… Pero le prometo que hoy mismo

más intenso. Con indiferencia, dijo: —Lleva

la villa, eran más de las siete de la

no estaba en casa, ya que todo

pronto como Leonardo abrió la puerta, una nube de polvo lo recibió, lo que le hizo

vez que volvía a casa, lo primero que veía era la sonrisa de Natalie. Ahora, en cambio, todo lo que encontraba era

que la casa tenía una acumulación de polvo

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