Capítulo 34

Leonardo estaba lleno de ira, y la mirada que le dirigió a Natalie fue como una piedra quel pesaba mil kilos, agobiándola que apenas podía respirar.

A medida que Leonardo se acercaba, Natalie sentía que la temperatura caía en picado a su alrededor.

Leonardo estaba muy enfadado.

En realidad, nunca había visto a Leonardo tan enfadado.

Después de pararse frente a Natalie, Leonardo se mofó, ¡Cómo te atreves a venir a la Oficina de Asuntos Civiles para notarizar el acuerdo de divorcio!

Natalie sabía que Antonia lo había hecho a espaldas de Leonardo, pero nadie sabía cómo se había enterado Leonardo, y por eso estaba aquí.

Natalie escondió el acuerdo de divorcio a sus espaldas y levantó la vista a los ojos de Leonardo.

Señor Ramos, ¿vino para ir al notario conmigo?‘

Al ver la mirada de Natalie, Leonardo se quedó serio, – Natalie, aunque consigas el acuerdo de divorcio con mi firma, pero no tienes mi consentimiento, ¡no puedes divorciarte de mí!

La mano de Natalie se tensó involuntariamente, acuesto con otros hombres?

-¿Cómo puedes divorciarte de mi? ¿Me

Se rieron Leonardo por tanta ira, y cada palabra que decía como un granizado de hielo.

intentarlo, ¡siempre que no

a por tu c

y sabia que no podía divorciarse hoy, y no

de decir, me

detrás de Natalie,

quién es este

los últimos años y acababa de empezar a trabajar, era imposible comprar

sonrió, -Parece que no tiene nada que ver con el señor

Natalie se puso en marcha sin importarle el

Lamborghini desapareció, Leonardo entrecerró los ojos: ¡Carlos,

+15 BONUS

planta

que conducía Natalie, Ricardo estaba sorprendido, Natalie, ¿este coche te compró Leonardo para que vengas

era una empleada normal en

y frunció el ceño mientras hablaba:

no esperaba que Ricardo la

cariñosa y

he podido comunicarme contigo

vine a buscarte aquí, ven a casa este fin

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