apítulo 54

Ese día, Leonardo vestía un conjunto casual, una imagen muy diferente a su habitual atuendo formal de traje y corbata, pero aún así, su presencia emanaba una indiferencia distante y fría que disuadía a los extraños.

Natalie y él intercambiaron una mirada, tras lo cual ella, manteniendo una expresión serena, desvió la vista.

La ama de llaves de la Mansión de Armonía, la abuela Lucía, al ver a Natalie López, sonrió con una expresión llena de cariño, -Por fin usted ha venido. Señora Josefina ha estado esperándote por mucho tiempo.

La abuela Lucía había estado al cuidado de Josefina durante muchos años. Aunque oficialmente

su relación era de ama de llaves y señora, en realidad eran más como hermanas.

Natalie sonrió y le pasó una caja de dulces.

-Abuela Lucía, esto es tu pastel de venilla favorito, lo compré en tu tienda preferida. También traje pastel de leche, que es el favorito de la señora Josefina.

Abuela Lucía tomó el pastel y sonrió agradecida, -Gracias a usted, voy a servirlo ahora mismo para que la señora Josefina lo pruebe. Ella ha estado deseando esto desde hace tiempo.

-Está bien, iré a ver a la abuela primero.

Al entrar en la sala, Josefina estaba instruyendo a los sirvientes para que colocaran los

bocadillos favoritos de Natalie en la mesa.

-Coloquen las gomitas de sandía al frente, a Natalie le encantan, y también los pequeñas galletas, pónganlas en primer plano…

Natalie no pudo evitar sonreír al escuchar esto. Su abuela todavía la trataba como a una niña.

tanto, ¿cómo se supone que voy a

puedes terminarlo, le diré a los sirvientes que te preparen una caja para llevar y lo comas poco a poco en

tomó su mano con cariño, sonriendo, -No te preocupes tanto, sentémonos y charlemos un

-¡Por supuesto!

barbilla estaba más afilada que la última vez que

Leonardo decir que conseguiste un trabajo. Si es muy agotador, no lo

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con la

casa.

+15 BONUS

de todos modos

Viendo que

pero si te sientes cansada, puedes renunciar.

-Entendido, abuela.

entró a la sala y se sentó

su conversación, su mera presencia

notó que, después de la llegada de Leonardo a la sala, la sonrisa en el rostro de Natalie se desvaneció

experiencia de vida, no le costó darse cuenta de que los dos habían

acabo de pedirle a los sirvientes que preparen un jugo en la cocina. Ve a

Leonardo se fue, Josefina miró a Natalie López y

que Josefina fuera tan perspicaz y respondió sonriendo, -No, no

preocupes, abuela.

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