Capítulo 62

Natalie frunció ligeramente el ceño, luego miró a Bryan y le dijo: -Bryan, muchas gracias por la ayuda. Sin embargo, no espero que te involucres en este asunto, porque es personal para mí.

Cuando notó la insatisfacción en los ojos de Natalie, Bryan se sintió triste y su rostro se volvió pálido.

Dicho esto, Natalie se volteó y entró al ascensor, seguida por Leonardo.

Fuera del ascensor, Bryan se quedó en su lugar con la cabeza baja, sin mostrar su expresión a nadie. Natalie sabía que sus palabras le habían herido el corazón.

نے۔

Después de que las puertas del ascensor se cerraron, Leonardo habló con desdén: -¿ Realmente te preocupa si le hago algo malo a Bryan? Aunque parecía que querías evitar que se involucrara en nuestro asunto, aparentemente lo estabas protegiendo, ¿verdad?

Natalie le dirigió una mirada fría y respondió: -Eso no tiene nada que ver contigo.

-¡Y si te atreves a repetírmelo! -exclamó Leonardo.

Debido a los conflictos de los últimos días, la paciencia de Leonardo se estaba agotando. Si Natalie seguía hablándole con esa actitud fría, era posible que no pudiera contenerse y hacer algo excesivo.

Sin embargo, Natalie no planeaba cambiar su actitud. Simplemente lo miró sin decir una palabra y preguntó: -Entonces, ¿qué más quieres?

Con el rostro sombrío, Leonardo clavó su mirada en ella y dijo de manera autoritaria: -Si vuelves a mi lado, consideraré que nada ha sucedido.

Después de un rato, respondió: -No puedo hacerlo. Aparte del divorcio, no veo otra solución para nuestra

explicado què no tengo ninguna relación especial con Matilda. ¿Por qué sigues insistiendo en este

negó con la cabeza, diciendo: -Ese problema ya no me importa. Solo quiero divorciarnos, eso es

-¡Imposible!

sigamos nuestras propias vidas sin causarnos más

ya no se podía

-¿Nuestras propias vidas?

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esas palabras entre dientes, emanando un aura tan fría que como si quisiera congelar todo lo que estaba

-Sí, si puedes aceptarlo, no

un incómodo silencio. Leonardo no apartaba la

¡Ding!

ascensor se abrieron. Leonardo la arrastró hacia la habitación y la lanzó sobre la

Sin embargo, Leonardo no le dio oportunidad y la presionó

mirada se clavó en el rostro de ella con una llama de ira. Dijo: -Ya que quieres jugar

dedos delgados

luego dijo fríamente: -Leonardo

lo suficiente de tu cuerpo. Quizás algún día, cuando

ti, a lo mejor aceptaré la

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