Capítulo 182

– Mamá, deja que te explique…

Beata no le hizo caso y entró en el coche.

Ricardo la miró exasperado: -¡Mira lo que has hecho! Si este asunto se estropea, ino te dejaré marchar!

Tras decir esto, Ricardo también subió al coche, el Mercedes negro se alejó rápidamente y desapareció de la vista de Matilda.

Ella apretó los puños con fuerza y no tardó en subir a su coche para volver a casa.

En el camino de vuelta, Beata y Ricardo estaban enfadados hasta la médula, sentados en el asiento trasero sin hablar, en el coche había un silencio inusual.

En este momento, ambos pensaban mucho. Era increíble que Natalie, a quien nunca habían importado, pero le importaba mucho Leonardo,

Si no hubiera sido porque Beata había hablado mal de Natalie, él no la habría odiado.

Cuanto más pensaba en ello más se enfadaba Ricardo, apretando los dientes, dijo: -Beata, piensa tú cómo arreglar la relación con Natalie. ¡Este proyecto Grupo López debe conseguirlo, o de lo contrario podría quebrar este año!

Beata frunció el ceño y dijo: ¡Tú también regañaste a Natalie, tenemos que iremos juntos a disculparnos de ella, no te ocurras que vaya yo sola!

—¡Tú!

estaba toda enfadada, mirando fijamente

hablas mal de Natalie todos los días, por eso tengo tan mala relación con ella, soluciona tú sola este asunto, si no funciona bien, nos

-¿Qué?

miraba a Ricardo con incredulidad y asombro

todas las cosas de esta familia durante diez años para que no tuvieras que preocuparte de nada, ¿y

era por la forma en que acababa de ver a Beata insultando a Natalie. Ya no le gustaba nada Beata, ahora le daba asco, no quería seguir con ella ni un día más.

que el proyecto del terreno en el

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con los dientes apretados y dijo: ¿Quieres que me muera? ¡Es imposible que le pida perdón en mi vida!

miraba fríamente: -Puedes elegir el

que compartirme la mitad de la propiedad

propiedades? Como mucho te

seria tu sólido apoyo! He sido tu apoyo durante tantos

las

le importaba el dinero, para él, ella sólo era un peón que no tenía valor

los ojos hundidos en sus pensamientos, y la mano en su pierna se

inconscientemente.

de Beata sorprendió a Ricardo, pero no tardó en proseguir: -i Piensa tú lo

nada más, Ricardo dejó a Beata a casa y se

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