Sr. Ramos, su multimillonaria esposa quiere el divorcio

Capítulo 267

Quédate aquí esta noche y mañana te llevaré a pescar.

Natalie frunció el ceño. No le interesaba pescar, y pensaba quedarse a dormir el fin de semana.

Solo quiero quedarme en casa el fin de semana, no quiero salir.

-Está bien. Entonces le pediré a la criada que prepare una barbacoa y nos relajaremos en el chalet viendo películas.

Natalie comprendió que Leonardo intentaba salir con ella, se puso alerta, miró a Leonardo y le dijo: -Señor Ramos, quiero irme a casa.

-Aquí es tu casa.

-Es tu casa, no la mía.

-Si quieres, te la transfiero ahora mismo.

Tras unos segundos de silencio, Natalie dijo, un poco impotente: -Señor Ramos, no creo que tengas que fingir estar confundido, deberías saber a qué me refiero.

Leonardo la miró, -Prefiero que me llames tú en la cama sino Señor Ramos.

Natalie no tenía ganas de hablar con él. Cada vez que intentaba hablar seriamente con él, Leonardo siempre cambiaba de tema.

Al verla callada, Leonardo se acercó a ella y le tomó la mano.

-Me he enterado por Tina de que has estado trabajando mucho este tiempo, así que he pensado en invitarte a salir este fin de semana para que te relajes y desconectes.

-Mnaña por la noche las medusas pasarán por este mar. Si realmente no quieres quedarte aquí, te mandaré a casa después de ver las medusas mañana por la noche.

Natalie sintió que el corazón le

los ojos, diciendo:

trabajo. Tú pasea

siesta en el coche, encontró

un rincón del sofá. En la pantalla, un fantasma femenino estaba saliendo de un

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cuando Natabe casi gritaba ante esa escena, una mano

ojos.

-¡Ah!

Natalie le agarro inconscientemente de la mano y le tiró suelo de un golpe por encima del hombro.

ver que la persona que estaba en el

Leonardo.

apretó los dientes con rabia y

en el sofà, Natalie dijo: ¿Por qué no has hecho

de terror si te dan miedo

Natalie:—

y no me habria

la demolió,-¿Quién se acobardó en un rincón del

-Yo no…

de que pudiera terminar, vio en la pantalla el rostro fantasmal que cargaba hacia la cámara, y

en voz baja, -¿Eh? Dijiste que no

su lado y apagó la proyección, se levantó y se sentó como si nada hubiera pasado, -Fue un

Bueno, un accidente.

su cara mientras reprimía una carcajada, supo

de ella.

lo fulminó con la mirada, ¡No quiero hablar

a él, y sus labios delgados y