Capítulo 98

-Nerea, ¿cómo estás aquí?

La voz de Amancio llegó desde atrás. Nerea guardó su celular, y al verlo con el traje de protección del laboratorio, sus ojos brillaron. -Vine a tomar un poco de aire, ¿y tú, Amancio, cómo te fue hoy en el laboratorio? Llévame a ver, ¿va?

-¿Te interesa?

-¡Un poco!

-Okay.- Amancio, con un gesto cariñoso, le revolvió el cabello. -Entonces, ahora te llevo.

Al caer la tarde, Nerea estaba acurrucada en el sofá del salón viendo la tele cuando Samson entró a la casa con una elegante caja de regalo.

-Nerea, ¡llegaron los alfajores! Oi que tenías antojo, y mi mamá corrió al mercado a comprar los ingredientes. Apenas los terminó, me mandó a traérteļos.

-¡Qué detallazo de tu mamá!- Nerea sonrió ligeramente, tomando uno y probándolo. -Mmm, ¡sigue cocinando igual de bien!

Samson la observaba comer los alfajores de a poco, con las mejillas levemente infladas, pareciendo una simpática ardilla glotona, imposible de no encontrar adorable.

cases conmigo, le pediré a mamá que

instante, como si el dulzor se hubiera

ligeros

elegantes y encantadores, se acercó

estaba a punto de tomar su mano, Nerea levantó dos alfajores. -De repente recordé qu a mi hermana también le gustan. ¿Le llevas

-Oh… claro, claro.

los alfajores.

unos meses, Nerea

la espalda de él mientras subía las escaleras, los labios

poética que la persona que más amas sea quien

¡Ah!

¿Por qué

tengo sangre en mi cara, auxilio…!

los Carris se vio sacudida por el grito desgarrador de una mujer. Las luces se encendieron rápidamente, y Pablo, Camelia, junto con el personal, corrieron hacia la habitación de Amapola. Al verla despeinada y con el

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sobresaltaron.

te pasó?

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