Capítulo 118

Al escuchar eso, Gerard se detuvo en seco, especialmente después de oír su ligera respiración dolorosa, se convenció aún más de que no estaba bromeando.

-¿Quién te secuestró? ¿Dónde estás ahora? Nere, no me asustes, ¿ok?

Esas preguntas ansiosas casi le hacen doler los oídos a Nerea. Justo cuando iba a alejar el teléfono-un poco, en ese instante, el móvil acabó en manos de Roman.

-¡Oye, Roman, por qué me quitas el teléfono!

Roman: -Gerard, soy yo.

-¿Señor Roman?

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Al oir la voz de Roman, el corazón ansioso de Gerard finalmente se calmó, -Si eres tú, entonces estoy tranquilo.

Nerea, escuchando a un lado, estaba confundida.

¿Por qué si el secuestrador es Roman, su tío se tranquilizaría? ¿Debería estar más preocupado! ¡Él es el más peligroso, más que un delincuente!

-Nere, esta traviesa, ¿te ha causado problemas?

Nerea, que estaba haciendo muecas y gestos de disgusto, con una sonrisa en su rostro, -No,

una mueca de

no necesitaba que él lo dijera!

está bien, ¿cuándo puede volver Nere? Necesito hablar

-Esta tarde.

-¡Dame el teléfono!

mi tio, o

se rio a carcajadas, -¿Cómo Roma podría hacer esas

porque realmente

te invitó a

-Si.

contigo, preguntando cuándo volverías,

brazo, -Con tal de que

escuchó Roman, que estaba vendando las heridas

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Capitulo 118

de vuelta. Y recuerda, no

Señor Roman!

-Lo sé…

¿Qué quería decir

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