Capítulo 336

Se le erizó el pelo, con la cara llena de golpes y la sangre fluyendo, como un demonio lanzándose sobre Amapola, le agarró el cuello con ambas manos, apretandola con toda su fuerza, -¡Desgraciada! ¡Muérete, desgraciada, muérete!

-¡Cof, cof, cof…!

-¡Ayuda, ayuda…!

El rostro de Amapola se tornó pálido, sus ojos sobresalian, y con desesperación intentaba liberarse, pero todos a su alrededor los miraban sin hacer nada para salvarla.

Justo cuando parecía que Amapola iba a asfixiarse, Samson la soltó. Ella intentó escapar, pero él la empujó con fuerza escaleras abajo.

Desde la cima de las escaleras del escenario del Jardin de Violeta, que se extendian por más de diez metros, Amapola rodó hasta caer en medio del vestibulo, su ropa estaba rasgada.

Estaba inmóvil, como si hubiera perdido la vida, dejando a todos los presentes horrorizados.

-¡Ah…!

Nerea, con un grito delicado y lágrimas brillando en sus ojos ámbar, parecía aterrada por la violenta

escena.

-¡Qué miedo…!

-Nere, Nere, no tengas miedo.

-Esto es el karma, se lo merecen.

Nerea se acomodo tiemamente en los brazos de sus tias y

s y su madrina, ocultando la sonrisa a que no podía reprimir.

¡Qué alivio!

su vida pasada ver cómo la empujaban por las escaleras, y ahora verlos enfrentarse y destruirse entre ellos

observó a Nerea en medio de la multitud. Una sonrisa se

tienes que creerme, Amapola me tendo una

amo en lo más mínimo, solo tengo pjos para ti,

Samson se arrastró hasta los pies de

manos manchadas de sangre de Samson

lejos, hacia abajo de las escaleras, causando otra ola de exclamaciones entre los

-¡Ah!

Nerea habla

pero

buen susto

giro y vio a… ¿Roman?

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Capitulo 336

¿Cuándo había llegado?

traidores sin

aquí, no quiero que

comenzaba a señalar y

a la pequeña asustada, sus pestañas oscuras se bajaron ligeramente, mirándola con ternura, ¿Te sientes mejor

¡Sí, sí, si!

¡Estaba tan feliz,

dia!

confirmamos nuestra relación, hoy

asintió frenéticamente, sus dedos ocultos en las mangas de su largo abrigo tocaron suavemente la mano de él, sin querer, pero él rápidamente la

mano,

-Tú…

él, encontrando una sombra de burla en

disfrutar torturandola en público, sabiendo que ella estaba

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