Sus Besos Obsesionados que Despiertan mi Segunda Vida

Capítulo 393

-¿Te estás controlando?

Nerea se quedó boquiabierta, realmente asustada, -Si te estás controlando, me dejas a punto de desmayarme, ¿entonces qué pasaría si no te controlas? ¿Me moriré?

-No pasará.

Roman esbozó una leve sonrisa, su voz magnética mezclada con un aliento caliente se esparció lentamente en el delicado oido de ella, -Solo haré que mi Nea desee estar en el cielo y en la tierra al mismo tiempo.

En un instante, los recuerdos de la noche anterior, donde sus almas estaban alborotadas y el mundo parecía sumirse en la oscuridad, volvieron a su mente

Nerea, con las mejillas sonrojadas de vergüenza, trató de pellizcar los fuertes abdominales de él con una fuerza ligera, que para él fue como una provocación. No pudo resistirse y se inclinó sobre ella, su voz baja y jadeante la sedujo, -Mi amor Nea…

-¡Ay, Roman, qué pretendes hacer?!

-¡Alėjate, si sigues así de verdad voy a morir!

-¡Sueltame, suéltame ya!

En medio de la lucha de Nerea, se coló el sonido de protesta de un estómago vacío.

Al oirlo, Roman detuvo sus movimientos, y su mente, antes caliente, empezó a enfriarse.

ahora, parecía que

preparar algo de comer.

levantó la sábana y se levanto, Nerea, cogida por sorpresa, vio su descomunal figura sin ningún disimulo y

árboles frondosos, ¡vaya que

falta, ya no

oficina, a la lectura

oir sus palabras, Roman se detuvo y lentamente se giró hacia ella.

-Tu

mirada, Nerea apretó instintivamente la sábana, temiendo ser invadida nuevamente,

parecía haber vuelto a su estado feroz, lamentando haberla

detenidamente, notando su cansancio, pero no parecia fingido. Sus ojos se estrecharon poco a poco, ¿Todavia tienes

pero tengo que ser profesional. Además, en la lectura del guion solo tengo que Sentarme, no tengo que

-Mmm.

TE-27

Capítulo 393

pareciendo entender que la próxima vez no tendría que

un escalofrío sin razón, como

-Te llevaré.

le avisé a Rob, pronto vendrá por mi.

pero Nerea lo detuvo nuevamente, -Tampoco hace falta, ve a

el ceño, sintiendo que algo no estaba bien, -¿Me estás echando?