Sus Besos Obsesionados que Despiertan mi Segunda Vida

Capítulo 412

Ella se inclínó para levantarlo a Neo en brazos y se dirigió hacia el dormitorio.

-Mi querido sobrino, recuerda que es tu cara, tan parecida a la de tu tio, la que te salvó esta vez.

-Bella Nerea…

Incluso en sus sueños, él murmuraba, y Nerea, entre irritada y cariñosa, no pudo evitar reír. Cansar a un perro hasta hacerlo desmayar, ciertamente, era todo un logro.

Después de acomodar al niño y al perro, quiso llamar a la empleada que había despedido para que limpiara el suelo, pero se dio cuenta de que su celular estaba sin batería. Y para colmo, terminó pisando la cáscara de un cacto y resbaló sobre la alfombra.

-¡Ay!

Se quedó tendida en el suelo, desesperada mirando el candelabro de cristal del techo, pensando que cuidar un niño definitivamente no era lo suyo y que jamás querría tener un pequeño diablillo así.

En el centro comercial de Londres, en la Torre Gemela del Dazz, en la sala de reuniones del piso veintidos.

-Sr. Roman, este es el contrato finalizado después de numerosas discusiones entre nuestros grupos, por favor, échele un vistazo.

El representante legal del Grupo MR entregó el contrato.

detenidamente, revisando cada

del Grupo MR y actual vicepresidenta, no quitaba la vista de Roman, lleno de admiración y fascinación, no pudo evitar comentar: -Rosalía es realmente impresionante.

usted

la belleza de Rosalia, me sorprende que no tenga novio. ¿Es asi?- pregun Laureano, curioso. Rosalía sonrió, negando con la cabeza, pero con una mirada tímida hacia el he serio revisando el

alguien

carrera se inferponga en tu vida personal. Nuestro Sr. Roman es más joven que tú por cinco o

dejó a Rosalia con una expresión

-¿Una familia?

Carris, la famosa actriz, novia de Roman.

asumió que era una estrategia de publicidad o un rumor sin fundamento, especialmente porque la joven Carris

es la

de Nerea distrajo a Roman concentrado en el contrato,

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había vuelto a contestar sus mensajes. ¿Estaría dormida? ¿Haciendo qué? ¿Había comido a tiempo?

último momento, la puerta de la sala de conferencias se abrió de

entró, pálido y