Sus Besos Obsesionados que Despiertan mi Segunda Vida

Capítulo 425

seleccionada como una de las ’50 estudiantes destacadas de la ciudad’ desde el jardín de infancia, participó junto a la brigada en el ejercicio matutino bajo la bandera nacional.

A pesar de que todos vestian el mismo uniforme y llevaban la misma pañoleta y el escudo de la escuela, ella brillaba con luz propia, deslumbrante.

Su pequeña figura, en medio de un grupo de chicos y chicas mayores, parecía una muñeca delicada y obediente, con dos trenzas en forma de corazón en su cabeza que se balanceaban con cada movimiento, sus densas pestañas negras enmarcaban un par de ojos ambar brillantes, y su rostro rosado y luminoso reflejaba el sol radiante, hermosa a más no poder.

Su aspecto delicado y sus encantadores movimientos conquistaron a todos en la escuela.

-Wow! La niña que lidera el ejercicio es adorable, iparece una muñeca!

-Oi que la trajeron de un jardin de infancia cercano, y que solo tiene cuatro años!

-Están desactualizados. Ella se llama Nerea, ¡y es la hermana menor del lider de sexto grado, Miguel Carris!

-Ah?

la vista del escenario, como si estuviera hechizado, olvidándose de seguir el ejercicio, de la gente y todo lo que lo rodeaba. En su mundo, solo existia ella, con su gracia y belleza, como un rayo de luz

que terminó el ejercicio y todos se habían dispersado, el seguia alli parado, miranda el vacio escenario, como si aún estuviera en

se atrevia a acercarse a ella, mucho menos hablarle, solo podia seguirla desde la distancia,

estrella. Durante los recreos, siempre habia alumnos incluso de grados superiores, que querian jugar con ella. Aunque saltó dos grados y era más pequeñ que

para escuchar a los mayores suplic. por misericordia, riendo felizmente, sus ojos entrecerrados como un astuto zorrito.

grado, apasionado por el baloncesto, que siempre iba a buscarla antes de jugar, pretendiendo enseñarle, pero en realidad la hacia recoger las pelotas, lo que la enfadaba tanto que pateaba el suelo y tardaba

alimentar a los gatos callejeros en el pequeño bosque de la escuela, acariciando sus cabezas. Con el tiempo, al escuchar sus pasos, los

escribia canciones. Una vez, un borrador voló por la ventana y él lo recogió. La letra

su rostro angelical y las

alguien ine está siguiendo, dijo Nerea después de clases, frunciendo el ceño con

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