Capítulo 484

-Deje de gritar, esto es la cima del Gran Hotel de Norberto, incluso si gritas con todas tus fuerzas, nadie vendrá a salvarte.

¿El Gran Hotel de Norberto?

Miguel estaba allí, asistiendo a una fiesta.

-Pum, pum, pum.

No pasaron ni unos minutos después de que el greñudo grasoso terminara de hablar, cuando se escuchó un fuerte golpe en la puerta.

Miró hacia la mujer en la cama, cuyas ropas estaban casi completamente desgarradas, y furioso, metió la sábana en su boca antes de bajarse de la cama. -¿Quién es? ¿Quién es el inoportuno que interrumpe…? ¿Se…Señor Carris?

Su tono cambió del miedo, su cara se palideció.

-Lo siento, lo siento, no sabía que era usted. ¡Soy un bocazas, un insolente!

Miguel, echando un vistazo por la rendija de la puerta, vio a la mujer yaciendo en la cama y con una patada mandó al greñudo a volar.

-¡Ay!

El hombre chocó contra el vestibulo, gritando de dolor, y antes de que pudiera recuperarse, una fría bota de cuero lo aplastó contra el suelo, casi hundiéndole la cara entre las grasas.

-Enrique, ¿todavía metido en corrupción y vendiendo cosas falsas? ¿Y encima atreviéndote a más?

-No, no, Señor Carris, por favor, perdóname… ¡Ay! ¡No me pegue, no me pegue!

mirando al hombre que castigaba sin piedad al greñudo en la puerta, como si viera a su ángel salvador, llevándola de vuelta a aquel verano de hace años, cuando todos murmuraban y especulaban maliciosamente sobre ella, y solo él se acercó suavemente y le

no aguantó ni unos cuantos golpes antes

prácticamente desnuda, le lanzó una toalla y sacó su celular. -¿Cuál

asistente?

mujer no respondió, solo

ojos aterrorizados un destello de gratitud mezclado con alegría,

yo quien te salvó, fue

¿Qué… qué?

recogió el celular del

la voz preocupada de

¿Eres tú,

yo,– dijo Miguel, tratando de tranquilizarla. -Ya estoy

Isabella?

que sí, no le pasó nada

-Oye, guarda evidencia de lo ocurrido, pero no llames a la policía todavía. Haz que tu asistente lleve a Isabella a casa, mejor que ella decida qué hacer cuando se sienta mejor,

-Entendido, mi tontita.

sonaba resignada pero

que Isabella la imitara? ¿Olvidó aquel reality show donde Isabella la

que Isabella estaba en problemas,

hermanita, el ángel más

fue Nerea quién la salvó.

sino que también había pensado en todo con tanto cuidado.

por qué había sido tan cruel con

la cabeza entre las rodillas,

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